CR7 no pudo con Benzema
Francia derrotó 2-1 a Portugal.
Antes de enfrentarse a Portugal, Karim Benzema regaló abrazos en el túnel de vestuarios a sus compañeros en el Real Madrid, que le arrancaron una sonrisa que no suele prodigar, pero dentro del campo se olvidó de protocolos para llevar a la selección francesa a la victoria (2-1).
Benzema, el nueve menos nueve del mundo, marcó un gol de ariete puro y bien que lo agradeció su Francia, bonita pero algo roma. En su país, a Benzema le piden que meta todos los goles que en Madrid, donde ya tienen a Cristiano Ronaldo y Bale para esos menesteres, se le perdonan.
Además de anotar un tanto, el madridista sirvió otro a Pogba, aunque durante una hora el fútbol fue cosa de Valbuena.
El pequeño jugador (muchos siguen preguntándose cómo permitió el Olympique de Marsella su partida al Dínamo de Moscú este verano) barrió todas las posiciones de la media punta para ofrecer un recital de paredes, combinaciones y sutilezas mientras le duró la gasolina.
El partido fue entretenido, intenso pese a ser amistoso, y tuvo una gran ambiente en las gradas del Estado de Francia: un choque muy futbolero, en suma.
Francia salió de inicio con un once muy similar al que presentó dura batalla en los cuartos de final del Mundial a Alemania, con las únicas novedades del portero Mandanda y del central Mangala, flamante fichaje veraniego del Manchester City.
Frente a ellos, en busca todavía de una identidad que consiga exprimir todas las virtudes de Cristiano Ronaldo, Portugal estrenaba nuevo entrenador, Fernando Santos, un veterano de los banquillos que ha hecho fortuna con selecciones como Grecia y tácticas recias y disciplinadas.
Los galos -que se enfrentarán en amistosos a todos los componentes del grupo de Portugal de clasificación para la Eurocopa 2016, de la que son anfitriones- entraron como un huracán, imbuidos de los nuevos aires que Deschamps ha traído a este equipo.
Desarbolados por los costados, los laterales lusos se veían continuamente en inferioridad al jugar su equipo con un 'trivote' interior y con Cristiano y Nani en punta, en lugar de en las bandas.
Así llegó el primer gol, nada más nacer el partido, cuando Griezmann se internó en el área por la izquierda y cruzó un pase al otro lado del área, adonde llegaba Sagna. Su disparo, duro y abajo, fue rechazado por Patricio, pero Benzema solo tuvo que remachar la pelota.
Valbuena y Benzema bordaban el fútbol asociativo, mientras que Griezmann y Evra acuchillaban a Portugal por las alas.
En el minuto 20, un disparo de Nani que salió fuera por poco tras un error del debutante Mangala tuvo tanto efecto revitalizante para Portugal como anestésico para Francia, que no podía mantener el ritmo.
Pese a todo, el público disfrutaba, y lo demostró con una ola que premió el espectáculo que estaba presenciando.
Al descanso se llegó con pocas noticias de Cristiano Ronaldo, a quien se veía motivado (un rumor recorría las gradas cada vez que le llegaba el balón) pero que apenas había tenido ocasión de levantar la cabeza para chutar.
El máximo goleador de la Liga española se guardaba las balas para la segunda entrega: En el minuto 50, el marsellés Mandanda daba la razón a Deschamps por haberlo elegido por delante de Lloris como titular con un paradón a una mano a un cabezazo de Cristiano.
El descanso le sentó mucho mejor a los lusos, que, no obstante, volvieron a toparse con Benzema en el minuto 68, cuando este cedió, tras una buena internada de Evra, a Pogba dentro del área para que fusilase por abajo.
En medio del carrusel de cambios y con CR7 ya fuera del campo, su sustituto, Joao Mario, se estrenó con la selección portuguesa de la mejor forma posible, forzando un penalti absurdo de Pogba que convirtió Quaresma (min.76).
Mario, de 21 años, buscó solo unos minutos después la escuadra de la portería de Francia, que sufrió mucho para conservar el triunfo.
Tal vez llevado por un exceso de confianza en sus habilidades técnicas y en sus kilométricas piernas, el juventino Pogba cometió varios errores de bulto en el centro del campo, acorralado por rivales ante los que no supo sacar el balón a tiempo.
Pese a todo, los de casa aguantaron y se llevaron otra victoria de relumbrón para cimentar aún más su confianza en el camino hacia su Eurocopa.
Cuando fue sustituido, casi al final del partido, Benzema abandonó el campo tal como había entrado: con una sonrisa en los labios y entre abrazos de los portugueses madridistas. Hoy eran rivales, mañana serán de nuevo compañeros.