¡Chapuzón de altura en Acapulco!
Grigor Dimitrov, Santiago González y la bella Daniela Hantuchová visitaron la Quebrada.
La Quebrada es por excelencia, el lugar que millones de personas mexicanas y extranjeras recuerdan para siempre tras visitar el Puerto de Acapulco y sin duda, formará parte de los recuerdos más alocados de los tenistas Grigor Dimitrov, Santiago González y la bella Daniela Hantuchová, invitados de lujo en este escenario en el que, desde 1930 se practica el deporte de los clavados de una forma muy particular.
Al inicio de los años 1900 los pescadores arrojaban sus anzuelos desde una altura de 35 metros, muchos de estos untensilios se atoraban en las piedras por lo que debían ser recuperados de forma inmediata por los marinos quienes se arrojaban al mar a pesar de la marea y del peligro de golpearse en las piedras.
Con el paso del tiempo se ha vuelto una actividad especializada hecha por hombres y mujeres que comienzan a practicar los clavados a diferentes alturas (desde los 5 a los 35 metros) desde los 9 años de edad y que forman parte del Sindicato de Clavadistas de Acapulco.
Grigor, Santiago y Daniela, tuvieron la oportunidad de conocer esta gran tradición guerrerense de primera mano, ya que subieron los 35 metros de altura y justo a la orilla del acantilado disfrutaron del valor y la habilidad de Moisés López, quien se lanzó de espalda con una raqueta de tenis en cada mano provocando sonrisas, nerviosismo y por supuesto, aplausos de reconocimiento.
Dimitrov, campeón de la edición 2014 del Abierto Mexicano de Tenis, intentó emular al clavadista local, ya con pantalón para nadar y después de signarse, se acercó a la orilla, observó el mar ... y se regresó a la zona segura con la ropa seca y la picardía traviesa en la mirada.
"Es una vista increíble, estar a esa altura por 20 minutos es impresionante. Me gustan los deportes extremos y practicarlos cuando puedo pues me gusta explorar ese lado en mí. Esto es muy diferente, sin duda es una experiencia extraordinaria y uno debe de tomarse mucho tiempo para pensar si lanzarse o no", compartió el tenista búlgaro.
Minutos después y mucho más cerca del agua, tocó turno de poner el ejemplo al anfitrión, Santiago González, quien se zambulló tras lanzarse de la plataforma de 5 metros de altura, Dimitrov le siguió y le siguió Daniela.
"Tenía 15 años que no venía, se me había olvidado lo alto que es y la forma en la que se tiran los clavadistas. Sin duda es una actividad de profesionales, la verdad que nunca me aventaría de ahí y ellos tal vez nunca harían tenis, yo creo que si ellos practicaran tenis 100 veces al día le pierden el miedo, yo nunca, ni practicando 200 veces me atrevería, cada uno tiene sus cositas", dijo el doblista mexicano.
"Estoy muy emocionada de estar en Acapulco. Es increíble ver a estos chicos haciendo algo muy especial, estoy segura que es la misma adrenalina que yo siento en los partidos pero sin duda, yo prefiero jugar que lanzarme al mar, es un poco intimidante, sólo en un torneo como éste he vivido un día así", finalizó Hantuchová.
Después de refrescarse los tres invitados tomaron el sol en un pequeño yate y abandonaron el lugar.