Mexicano conquista Argentina con “fábrica del taco”
Las taquerías remiten de inmediato a la cultura popular mexicana.
Hace nueve años, el joven mexicano Federico Lobeira fue a Buenos Aires para estudiar Mercadotecnia, pero al descubrir la falta de opciones de verdadera comida mexicana decidió abrir “La fábrica del taco”, que se convirtió en la única y exitosa cadena de taquerías que hay en Argentina.
Aún sorprendido por el giro que tomó su vida, Lobeira cuenta que en 2005 vivía en Monterrey, donde estudiaba Mercadotecnia, cuando unos amigos le dijeron que podía continuar acá su carrera, así que se fue sin pensarlo mucho, “casi de un día para otro”. Tenía apenas 23 años y se encontró, como él mismo; “con un mundo completamente diferente que habla el mismo idioma”, pero la ciudad lo fascinó de inmediato con su energía particular y supo que se iba a quedar aquí por un rato largo.
“De las primeras cosas que me di cuenta era de que no había tacos en ningún lado”, recuerda Lobeira entre risas, sentado en una de las mesas del primer local de “La fábrica del taco” que abrió en 2008 en el barrio de Palermo, con apenas cuatro mesas y tres empleados.
El éxito de su modesto negocio fue inmediato, porque argentinos y turistas de infinidad de países que suelen pasear por Palermo descubrieron el encanto de comerse unos buenos tacos acompañados de una cerveza fría o una buena margarita, en un colorido lugar cuya decoración remite de inmediato a la cultura popular mexicana, sin pretensiones de vajillas finas o cubiertos.
Para los mexicanos residentes en Buenos Aires, “La fábrica del taco” se convirtió en un oasis que les permite saborear, a ocho mil kilómetros de distancia, tacos “de a de veras”, en su versión al pastor, de pollo o de carnitas, en tortilla de maíz o de harina de trigo, con agua de horchata y jamaica, más un poco de guacamole o frijoles refritos.
Desde entonces el negocio no ha dejado de crecer: el local de Palermo se amplió y ya cuenta con capacidad para 160 personas, mientras que la segunda sucursal, que abrió este año en el barrio Las Cañitas, puede recibir hasta a 300 clientes.
Los planes son ambiciosos porque Lobeira está por inaugurar dos locales más en Miami y Nueva York, lo que consolidará a “La fábrica del taco” como una marca internacional que busca preservar la autenticidad de los sabores mexicanos, sin modificar añejas recetas de la versión nacional de “comida rápida” que proviene desde tiempos prehispánicos.
En Argentina, el empresario cerrará el año con una nómina de 100 empleados, muchos de los cuales han viajado especialmente desde México para sumarse al emprendimiento, ya que uno de los secretos de la popularidad del negocio es que se trajo a taqueros profesionales, a quienes les paga pasaje y casa, y les tramita visas de trabajo.
Además, inaugurará un local de sólo 60 metros cuadrados que será la versión de las mini taquerías mexicanas y al que bautizará como “La caja”, a lo que se sumará la apertura de la primera fábrica de tortillas que habrá en Argentina, en donde se producirán y venderán a todo tipo de público tortillas de harina de trigo y de maíz.
Los planes de expansión incluyen la compra de un campo en la norteña provincia de Salta para poder sembrar la variedad del maíz mexicano que les da un gusto y consistencia especial a las tortillas, características que todavía no han podido ser replicadas con los maíces sudamericanos.
Con tantos proyectos en ciernes, y con “La fábrica del taco” ya consolidada en Argentina, Lobeira no deja de pensar en que la autenticidad de la comida, la pasión por el trabajo y el respeto a la cultura mexicana lo convirtieron, sin haberlo planeado, en el exitoso empresario gastronómico que es hoy.