Remueven tumor a niño mexicano en EU
El gobierno norteamericano trasladó al pequeño desde Ciudad Juárez a Nuevo México.
Un niño mexicano de 11 años fue operado exitosamente para extirparle un enorme tumor que invadía su cuello, hombro y torso, en un caso que atrajo atención internacional y en el que funcionarios de Estados Unidos ayudaron al menor a recibir tratamiento en Nuevo México.
Kristean Alcocer, de la Primera Iglesia Bautista de Río Rancho, dijo en un comunicado emitido el martes que José Antonio Ramírez Serrano fue intervenido el lunes en el Hospital Infantil de la Universidad de Nuevo México. La cirugía tardó más de 12 horas y en ella participaron 25 profesionales médicos, agregó.
"El camino de la recuperación será largo, y aún hay muchos desafíos por delante para este muchacho", dijo Alcocer, quien proporciona alojamiento a José mientras recibe atención médica.
En julio de 2012, el área de investigaciones del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ayudó para trasladar al niño desde un barrio de Ciudad Juárez, una de las ciudades más peligrosas del mundo por la violencia de los cárteles de la droga.
Agentes federales ayudaron a la familia a buscar cuidados para el menor después que integrantes de la Primera Iglesia Bautista lo conocieron durante una visita de misioneros.
Después que la historia y las imágenes del niño se viralizaron en redes sociales, directivos de la iglesia reportaron un aumento en las donaciones para costear las cirugías.
A José se le diagnosticó linfangioma venoso en el hombro, y los médicos de la Universidad de Nuevo México le dijeron que tendría que someterse a varias cirugías y tratamientos para poder eliminar la acumulación de líquido.
Los padres de José han dicho que el tumor era tan grande que afectaba su capacidad visual. También comentaron que temían que se extendiera hasta el corazón. Sin dinero para pagar atención médica, la familia buscó que se le diera tratamiento en Ciudad Juárez y en El Paso, pero no recibieron ayuda para retirar el tumor, que ha afligido a José desde su nacimiento.
En los últimos dos años, la iglesia recaudó dinero para el muchacho.
La condición de José hizo que la gobernadora de Nuevo México, Susana Martínez, pidiera a autoridades federales que extendieran el permiso de estadía de José en el país para que pudiera seguir con su tratamiento.
José aún necesita cirugías para reconstruirle el homóplato y para retirarle el exceso de piel; el niño habla frecuentemente con sus padres, quienes lo visitan cuando pueden.