Buscan aliviar soledad de ancianos con robot bebé en Japón
El objetivo del autómata es ofrecer a propietarios un objetivo vital.
En Japón, el país con la población más longeva del mundo, numerosas empresas apuestan por crear robots para paliar la sensación de aislamiento de los mayores que viven solos. El benjamín es Smiby, un bebé ávido de mimos que demanda constantemente la atención de su veterano "progenitor".
El robótico bebé, que mide 44 centímetros de largo, pesa 1.2 kilos y está hecho de plástico y silicio, está especialmente diseñado para reaccionar cuando sus "padres" lo acunan, gracias a un sensor.
Vestido con un mono blanco aterciopelado coronado con un cordón rosa y dos suaves pompones, Smiby está programado para reír cuando lo toman y sonrosar sus mejillas cuando está contento.
Si se le balancea con violencia o se le deja demasiado tiempo solo, el pequeño romperá a llorar cual retoño, tornando sus negros ojos en color azul a modo de lágrimas.
Pero no hay que angustiarse. Si tras un largo período de tiempo nadie acude a atenderlo, este bebé robótico se duerme solo.
La idea para crear a este neonato autómata surgió del profesor de la Universidad Chukyo de Nagoya (centro) Masayoshi Kanoh, quien explica su funcionalidad: "Hemos desarrollado un robot que no sabe hacer nada, para ofrecerles a los mayores un ambiente en el que tengan un objetivo vital, porque tienen que cuidar a su robot".
El proyecto comenzó en 2008, pero no fue hasta 2010 cuando Kanoh comenzó a colaborar con la empresa Togo Seisakusyo, junto a la que ha desarrollado a Smiby.
El robot, que se ha puesto a la venta en Japón a finales de este mes a un precio de 68 mil yenes (unos 573 dólares), es capaz de emitir 500 tipos de voces y sonidos dependiendo de la situación, reproduciendo sonidos de niños de un año que los desarrolladores grabaron durante seis meses.
Kanoh asegura que aquellos que lo han probado experimentan una "sensación de cariño", y que su expresión y forma, además de su voz, "los relaja".
Smiby no es el primer robot creado expresamente para la tercera edad por los nipones, que cuentan ya con la sociedad más envejecida del mundo, con casi de 33 millones de personas mayores de 65 años, más de la cuarta parte de su población.