A través del tiempo, las costumbres religiosas durante Semana Santa han influido en los hábitos mexicanos y la comida no ha sido la excepción, por ello, aquí en Unotv.com te decimos por qué se come pescado y mariscos en Semana Santa.
¿Por qué no se come carne en Semana Santa?
No comer carne se ha vuelto habitual en medio de las conmemoraciones religiosas por Semana Santa, misma que se remonta a las primeras comunidades cristianas. El Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo son establecidos como días de ayuno y abstinencia de carne.
La abstinencia es una de las prácticas más antiguas en las tradiciones de la Iglesia y es una cuestión de costumbre, según explica David Vilchis, miembro fundador del Seminario de Intersecciones de lo Religioso (SEMIR).
Según el especialista, existen muchas confusiones, ya que no hay una normatividad clara sobre el origen de esta práctica tan arraigada en el pueblo cristiano, pero en términos generales tiene la idea de unirse o rememorar el sacrificio de Cristo a través de la abstinencia de carne.
¿Por qué se come pescado y mariscos en Semana Santa?
La carne roja no protagoniza la abstinencia por casualidad, David Vilchis explica que hay dos versiones sobre la razón.
- La primera es una explicación de la Arquidiócesis Primada de México, la cual rescata la dimensión social, misma sustenta que la carne era costosa y el pescado más accesible, “una idea de que los ricos se unieran al ayuno perpetuo de los pobres y con ese ahorro se pudiera invertir en obras de misericordia”.
- La segunda posibilidad sobre el origen está arraigada por la tradición judía, la cual distinguía a animales puros e impuros, retomado por Santo Tomás de Aquino, quien señalaba que no se debía comer “nada de lo que descanse en la tierra y respire aire”, es decir, todo menos los seres vivos del mar y alimentos que nacen de la tierra.
La tradición de comer pescado y mariscos sostiene que la sangre roja es impura y manchada, mientras que los animales que vienen del agua no tienen esta sangre roja, sin estar asociados con la impureza, sino con una pureza o vitalidad mayor, pues existe una idea de que el agua es pureza, razón por la que se considera que el pescado es puro.
Así, según la antigua tradición, durante los días santos sólo se debe comer pescado, frutas, verduras, cereales y todos sus derivados, lo cual excluía al pollo, aunque con el tiempo esta cuestión ha ido cambiando según el contexto.