Posiblemente cada año cuando empieza la organización del intercambio en la oficina no falta quien diga que no entrará “porque fue inventada para vender más”, y aunque podría parecer así, debido a las aglomeraciones en las tiendas, en Unotv.com te contamos realmente por qué damos regalos en Navidad.
Lo que sí no podemos negar es que, sin importar la razón por la que se haya iniciado con esta tradición, esta época, sus fiestas y todo lo que la rodea ya están íntimamente unidas a los regalos.
Y es que no se ve igual un árbol de Navidad sin las cajas forradas con moños y papeles de colores brillantes a sus pies, ni es probable que llegues a fin de año sin que alguien, aunque sea en la tienda de la esquina, te haya regalado algo con motivo de las fechas.
¿Qué tienen que ver los regalos con la Navidad?
Según la fuente a la que uno se acerque, y de su área de estudio, tenemos que la costumbre de dar regalos en la época navideña tiene al menos tres orígenes, con varios siglos de separación que han ido reforzándola.
Reyes Magos
De acuerdo con la comunidad religiosa, el origen de los regalos viene desde el nacimiento de Cristo, relatado en el Antiguo Testamento como un hecho tan histórico que monarcas de diversas partes del mundo viajaron hasta Belén a visitar al niño dios en el establo en que nació.
Ahí, al nacimiento de Jesús los llamados Reyes Magos acudieron con oro, incienso y mirra, que ofrendaron al nuevo rey de los judíos en reconocimiento a su divinidad (incienso), su mortalidad como ser humano (mirra), y como rey (oro).
Por ello, en muchos hogares católicos los menores reciben el 25 de diciembre los regalos que les trajo el Niño Dios, mientras que en otros es hasta el 6 de enero, por parte de los Reyes Magos.
Cultura romana
Sin embargo, remitiéndonos a los historiadores, destaca la existencia de las fiestas Saturnales, celebradas por los romanos con motivo del solsticio de invierno y el “renacimiento del año”.
Durante este festival, entre los más importantes de la cultura, además del sacrificio y banquete público, seguidos por más festejos y el relajamiento de las normas sociales, se realizaba el intercambio de regalos, entre los que se encontraban higos, laurel y otras plantas, velas y figuras de barro, mientras que las viviendas también eran adornadas con plantas y velas.
Además, durante estas fiestas, que se realizaban del 17 al 24 de diciembre, los días más cortos del año, los romanos celebraban el fin de la cosecha del grano, que concluía con la siembra de las semillas que empezarían a dar frutos hacia la primavera, por lo que además era altamente importante para los esclavos, quienes en esas fechas recibían tiempo libre, raciones extra y otros regalos.
Incluso, dada su importancia para la cultura romana, tanto en sus clases sociales como en los territorios que comprendía, la Iglesia Católica optó por el sincretismo entre la Navidad y algunas costumbres de las Saturnales, pese a ser consideradas fiestas paganas, y que llegan hasta nuestros días.
San Nicolás
Mientras que más cerca de nuestros tiempos, en el siglo IV en Turquía surgió la figura de San Nicolás, quien dedicó su vida a ayudar con regalos a los más desfavorecidos de la región, que después pasó a la tradición germana, con su celebración en la madrugada del 6 de diciembre, o Papá Nöel en Laponia, así como en otros lugares festejan su llegada la madrugada del 25 de diciembre.
Aunque alejado del clásico traje rojo brillante con adornos blancos, barba y panza, San Nicolás de Bari, fue un obispo que alcanzó la condición de santo por su ayuda a los más necesitados, tras quedar huérfano de joven quien heredó una gran fortuna que utilizó para el auxilio de los demás.