Cuando una persona alcanza la edad adulta, es pensionado o jubilado, diferentes instancias del Gobierno otorgan una serie de beneficios, como descuentos en el pago de servicios, así como prestaciones que le favorecen en su día a día, como el acceso a instalaciones deportivas o de recreación.
Sin embargo, existe una diferencia entre pensionado y jubilado que vamos a desmenuzar, ya que no necesariamente una pensión implica llegar a la edad de retiro, que, de acuerdo con la Ley del Seguro Social (LSS), el solicitante debe tener al menos 60 años de edad al momento de presentar una solicitud.
¿Qué es una pensión?
Tal como lo describe el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la pensión es una prestación económica destinada a proteger al trabajador al ocurrirle un accidente de trabajo, al padecer una enfermedad o accidente no laborales, o al cumplir al menos 60 años de edad.
¿Qué es una jubilación?
De acuerdo con el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), una jubilación es “la acción o efecto de jubilar o jubilarse o la pensión que recibe quien se ha jubilado”. Un jubilado es la “persona que, cumpliendo el ciclo laboral establecido para ello, deja de trabajar por edad y percibe una pensión”.
¿Diferencia entre pensión y jubilación?
Retomando los dos términos, la UNAM señala que la definición de pensión y jubilación son compatibles con las dos principales leyes en la materia: la Ley del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (LISSSTE) y la Ley del Seguro Social.
En las dos leyes, la pensión se entiende de manera genérica como una cantidad periódica, temporal o de por vida que se otorga a ciertos derechohabientes que cumplen una serie de requisitos, en tanto que la jubilación es un término específico que se refiere sólo a la pensión que recibe una persona por su edad o por los años de trabajo.
Que, como ya lo señala el IMSS, no necesariamente implica cumplir un ciclo laboral por edad, sino que a la pensión también pueden acceder las personas que sufrieron un accidente de trabajo, padecen una enfermedad o accidente no laborales.