Durante la presentación y discusión de la iniciativa de “vacaciones dignas”, que dio a los trabajadores un mínimo de 12 días de vacaciones al año, se destacó mucho de la necesidad de descanso, por lo que en Unotv.com te hablamos sobre la importancia de balancear la vida entre sus aspectos laboral y personal.
Y es que mientras no es posible dedicarnos sólo al esparcimiento, sin trabajar, tampoco es sano que el trabajo ocupe la mayor parte de nuestras vidas, yendo a casa sólo para dormir y por la mañana volver a la oficina.
Sin embargo, mientras desde hace algunos años se ha incrementado la concientización respecto a este equilibrio entre la vida personal y laboral, la pandemia de COVID-19, el home office y las herramientas digitales de comunicación han desdibujado los horarios de trabajo, dando la idea a muchos empleadores de que las jornadas ya son interminables, pues después de todo el empleado ya está “a un mensaje de WhatsApp de distancia”.
¿Cómo balancear la vida laboral y la personal?
Es por esto que te traemos estos 10 tips para que tu trabajo no se “coma” tu vida personal y que la semana no te sea tan pesada, varios de ellos incluso recomendados por la Universidad Anáhuac:
1. Desconéctate
Puede sonar obvio, pero no siempre resulta así, pero lo primero que tienes que hacer para lograr este equilibrio es dejar de responder. Sí, nuestro primer y mayor consejo es que al terminar tu horario laboral te desconectes y dejes de ver tu correo institucional y los miles de chats de WhatsApp de la oficina.
Quizá al principio te sientas culpable, y es normal, pero después verás que ya no es tan pesada la carga y que empiezas a disfrutar más de tus tardes al no seguir pensando en el trabajo, la oficina, los compañeros, los jefes y demás.
Incluso, en lugares como Francia, la ley contempla esa desconexión e impide que los trabajadores sean molestados fuera de sus horarios laborales, o incluso durante sus tiempos de descanso.
De más está decir que tampoco te lleves el trabajo a tu casa, a menos que de plano sea tan importante que no haya de otra, pero recuerda que la mayoría de los casos estarías trabajando extra sin que te paguen más o, incluso, sin que te den descansos adicionales para recuperar ese tiempo.
2. Ejercítate
De igual forma, es recomendable que practiques ejercicio, que medites o tengas un pasatiempo con lo que puedas despejar tu mente y liberar el estrés que causa el trabajo y la vida diaria.
Aunque también es aconsejable por salud, no es necesario tampoco que gastes dinero en un gimnasio o un entrenador personal, sino la idea es que encuentres esa actividad que te permita activar tu sistema nervioso parasimpático y tengas el tan necesario relajamiento.
3. Prioriza
Otro punto también importante es que priorices tus tareas y quehaceres en el trabajo y que te concentres en uno a la vez, pues así podrás terminarlos más rápido sin estar dando vueltas por todos lados, además de evitarte ese estrés de sentir que no terminarás nada, o tener que alargar tu jornada para acabar.
Además de empezar con lo más importante, hay quienes aconsejan iniciar con lo más difícil o complicado, pues es lo que te llevará más tiempo, mientras que se te facilite más lo terminarás más rápido, con lo que mejorarás también tu eficacia.
4 Hazte metas y horarios
Como parte de lo anterior, también ponte metas diarias de aquello que quieras o tengas que lograr, recuerda “no llevarte a la boca más de lo que puedas masticar”, ya que tendemos a aceptar tareas que no lograremos terminar sólo para no quedar mal.
Otra buena idea es hacerte horarios, sobre todo cuando tienes varias tareas que se repiten con frecuencia a lo largo de la semana, pues así llegarás a tener un equilibrio entre tus tareas e incluso podrías llegar a hacerte algunos momentos de descanso durante tu jornada laboral, pues tampoco es saludable para la mente pasar de una tarea a otra sin siquiera respirar.
5 Exprésate y aprende a decir no
Así como en las oficinas los jefes siempre piden a sus empleados ser proactivos y proponer nuevas formas para realizar las labores, también tienes que decir cuando algo no esté bien, no te parezca, o exceda tus funciones, pues tampoco está bien que tú cargues con la oficina cuando hay gente que no hace lo que le toca.
También, aprende a decir que no, tanto a aquello que no está en tus funciones como a lo que no podrás cumplir, pues habrá tareas que podría realizar alguien más sin problemas, ya sea por estar libre o por tener más experiencia en ello, y al aceptar cosas adicionales a las que ya tienes, más que darte buena imagen, podría entorpecer el ritmo y producción de la oficina.
6. Olvida el perfeccionismo
Este punto podría sonar un tanto extraño, pero realmente no queremos que llegues al punto del conformismo y que hagas lo mínimo o que “con que salga, no importa cómo quede”, sino que simplemente no esperes hasta que todo esté perfecto.
Lo mejor es que hagas las cosas bien y por encima de lo esperado, pero que tampoco dediques tu día a la tarea 1 de 20 por que no quedó tan perfecta como esperabas, recuerda que todo necesita un equilibrio, y si quieres tener vida personal, es necesario dejar ir un poco en lo laboral. Un poco, porque de nuevo, la idea no es ser conformistas.
7. Sé práctico
Es muy común que cuando llegamos a un trabajo alguien nos enseña cómo hacer lo que tenemos que hacer, de la forma en que se ha hecho siempre, y que tendamos a replicarlo sin chistar, a pesar de que podría haber formas más sencillas, rápidas y prácticas.
Lo mejor también en este caso es privilegiar la eficiencia e irnos por lo práctico y que nos ayude a reducir tiempos, así que si tienes algunas ideas para mejorar las cosas, ponlas en práctica, recuerda que todo es un proceso y si un día algo te sale mal y pierdes tiempo por reparar algo a causa de esas ideas, no importa, al día siguiente podrás hacerlo más rápido.
Y es que este consejo es mucho más útil al momento de que algo sale mal, ya que lo más práctico es remediarlo, hacer algo para solucionar las cosas, en vez de perder tiempo quejándote de lo que tienes que hacer, de lo que significará solucionarlo, o en echar culpas sólo por quejarse.
8. Mejora hábitos
Como decíamos antes, lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida personal es un proceso que lleva su tiempo, como siempre lo lleva la creación de hábitos, por lo que no te desesperes si unos días no puedes y vuelves a las andadas de salir más tarde del trabajo o responder una llamada del jefe “porque algo se olvidó”.
Lo que sí, tanto para tus tareas, como para la creación de hábitos, como algunos de los que te hemos puesto aquí, lo mejor es separar ese algo en varias partes, como te dijimos con lo de dividir tu día laboral en horarios. También hay que decirlo, así como debes evitar que el trabajo interfiera con tu vida personal, reduce las interferencias de ésta en tu horario laboral.
Además, al separar tus tareas en partes, podrías encontrar que entre la parte 3 y 4 de una de tus encomiendas debes esperar mucho tiempo y que ahí podrías hacer completamente otra tarea, con lo que al final del día saldrás cinco minutos antes, lo que valdría la pena intentar.
9. No te decepciones
Aunque al final del día sintamos que todas nuestras jornadas laborales son iguales, podría no ser tan cierto, encontrándonos con variaciones de semana a semana, por lo que en algunas ocasiones podrían no funcionar tan bien los horarios que hiciste, o las ideas que tuviste para mejorar tus procesos.
Ante ello, no te decepciones, recuerda que nada es perfecto y que a veces sí habrá cosas fuera de nuestro control que desequilibrará un poco nuestras vidas laboral y personal, pero será pasajero y al siguiente día o en dos todo volverá a encarrilarse. Respira, siempre es lo más importante.
10. Cuida de ti
Por último, y quizá el más importante al final, es que siempre debes cuidar de ti mismo, pues por más prestaciones laborales que tengas en la oficina, o aunque haya servicio médico ahí la empresa no existirá para cuidarte, ni sabrá si estás dando de ti por encima de tus posibilidades.
También en este punto es preciso decir que no eres mal trabajador por no cumplir con todas las exigencias de tu jefe, ya que él podría tener un panorama distinto al tuyo, que eres quien desarrollará esas tareas, por lo que, si están fuera de tu alcance, lo mejor es decirlo en vez de forzarte, ya que recuerda que al siguiente día podrías estar en la misma situación y ¿cuánto aguantarás así?