La industria automotriz a nivel mundial sigue sufriendo la escasez de chips electrónicos, con una producción ralentizada y fábricas detenidas.
Estas piezas, indispensables para ensamblar unos vehículos cada vez más informatizados, son difíciles de encontrar desde finales de 2020. Aunque los clientes vuelven poco a poco a los concesionarios, Mercedes o BMW tuvieron que suspender temporalmente la actividad en varias fábricas.
Volkswagen señaló que el riesgo de bloqueo y perturbación en el abastecimiento de semiconductores “se intensificó en el sector” y, en consecuencia, redujo su pronóstico de ventas.
“Hemos conseguido limitar las consecuencias de estos obstáculos hasta ahora”, señaló el director financiero del grupo alemán, Arno Antlitz. “Pero anticipamos efectos más pronunciados en el tercer trimestre”, advirtió.
Industrias automotrices con problemas por escasez de chips electrónicos
Ford cerró temporalmente algunas fábricas, aunque se benefició de la fuerte demanda por sus coches, camionetas y camiones para “optimizar los ingresos y los beneficios”, ofreciendo menos promociones y centrándose en los modelos más rentables.
La escasez de chips obligó a Nissan a retrasar la salida de su nuevo ‘Crossover’ 100% eléctrico Ariya, aunque la marca nipona no ha modificado su objetivo anual de ventas.
Y Tesla, que se ha visto frenada por la escasez de airbags y cinturones, concibió programas para utilizar nuevos compuestos, señaló su dirigente Elon Musk.
El proveedor de equipos Valeo, que utiliza 50 mil millones de compuestos electrónicos al año para sus sistemas de ayuda a la conducción y de iluminación entre otros, consiguió no interrumpir su producción, trasladando compuestos desde sus fábricas mejor equipadas.
Se prevén pérdidas de millones de autos en 2021
Ferdinand Dudenhöffer, director del Centro de Investigación del Automóvil, prevé un total de 5.2 millones de vehículos “perdidos” en 2021 y un fuerte descenso de las matriculaciones en el segundo trimestre, con mayores tiempos de espera y precios más caros para los clientes.
Esta escasez también tiene consecuencias en el mercado de vehículos de ocasión, que igualmente se encarecen por el aumento de la demanda.