La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos mantuvo las tasas de interés cerca de cero (0.25%) y prometió dejarlas en ese nivel hasta que la inflación se acelere y esté en camino de “exceder moderadamente” su objetivo del 2% “durante un tiempo”.
Por lo anterior, las tasas deberían permanecer en un rango de entre 0 y 0.25% durante algunos años tras haber sido reducidas de urgencia en marzo ante la propagación del COVID-19.
La decisión de la Fed de Estados Unidos
El cambio de orientación forma parte de un giro de la política monetaria de la Fed, anunciado el mes pasado, que tiene como objetivo compensar años de inflación débil y permitir que la economía siga creando puestos de trabajo durante el mayor tiempo posible.
También se anunció el inicio de un vuelco desde la estabilización de los mercados financieros a estimular la economía: la Fed dijo que mantendría las compras de bonos, por lo menos al ritmo actual, de 120.000 millones de dólares por mes, pero que el objetivo de la medida era en parte asegurar condiciones financieras “flexibles” en el futuro.
El factor COVID-19 en Estados Unidos
La epidemia del coronavirus continuó pesando sobre la economía, mencionó el banco central de Estados Unidos, a pesar de que los funcionarios mejoraron sus perspectivas para la economía.
El virus “está causando tremendas penurias humanas y económicas”, dijo el Comité Federal de Mercado Abierto, que fija las tasas, en un comunicado tras el final de su última reunión de 2 días sobre política monetaria.
¿Cómo quedan las tasas de interés?
Los nuevos pronósticos mostraron que las tasas de interés no cambiarían hasta 2023, con una inflación que superaría el 2% en ese lapso. La previsión de la contracción de la actividad económica se redujo a un 3.7% desde el 6.5% de junio. El desempleo caería a 7.6% a fin de año.
Sin embargo, al prometer mantener las tasas bajas, la Fed reflejó su nueva inclinación hacia un mayor crecimiento del empleo en Estados Unidos, anunciado a finales del mes pasado tras una revisión de casi 2 años.
El desempleo, que en febrero alcanzó su nivel más bajo en 50 años, con un 3.5%, aumentaría a 7.6%, una cifra más alentadora que el 9.3% estimado en junio, cuando la economía se recuperaba gradualmente de la parálisis causada por la pandemia de COVID-19.
Para 2020, se estima que la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos sea de 3.7% contra el 6.5% estimado en junio, antes de un repunte de 4% en 2021 contra un 5% previsto anteriormente.