Este viernes Silicon Valley Bank (SVB) se declaró oficialmente en bancarrota y solicitó adherirse al Capítulo 11, siendo la primera quiebra de la reciente situación financiera en Estados Unidos, y que ya causó temor entre los mercados, pero que se espera no llegue a la población estadounidense ni a la banca mexicana, aunque sí podría cambiar el alza en las tasas de interés.
Al solicitar el Capítulo 11, este viernes la empresa matriz de SVB se separó de sus filiales, SVB Capital y SVB Securities, corredora de bolsa y de capital de riesgo, respectivamente, para ser elegible, pues la institución forma parte del sistema de la Reserva Federal (Fed), entrando únicamente en los apoyos de la Federal Deposit Insurance Corp.
Asimismo, mientras sus filiales podrían venderse, al igual que otros activos para liquidar sus deudas, sumándoles el capital con el que cuenta, a principios de la semana el Gobierno estadounidense anunció el Programa de Financiación bancaria a Plazo (BTFP), con el que ayudará a las instituciones financieras con créditos accesibles de la Fed para que los bancos grandes puedan mantenerse a flote.
¿De qué trata el programa de apoyo a bancos en Estados Unidos?
Como ya dijimos, según anunció la Fed el domingo pasado, la Fed y el Departamento del Tesoro darán financiamiento adicional para que los bancos aseguren la disponibilidad de los recursos de sus clientes, luego de que el SVB, Signature Bank y First Republic Bank mostraron niveles de descapitalización durante el fin de semana tras la caída de sus cotizaciones en la bolsa y la salida de ahorradores.
Para ello, el BTFP, en conjunto con el Departamento del Tesoro, dispondrán de los 25 mil millones de dólares del Fondo de Estabilización Cambiaria como protección de los créditos, toda vez que los solicitantes tendrán que dar ciertas garantías para acceder a los apoyos, que, aunque no tendrán cuotas adicionales, se manejarán con una tasa de interés swap de 10 puntos base superior a la tasa de interés fijada a un año del día en que se realice el adelanto.
Asimismo, las entidades podrán adelantar pagos según su situación financiera evolucione, luego de que varios buscan inversores adicionales, créditos y otras fuentes de financiamiento para evitar una bancarrota, como hicieron Credit Suisse, en Europa, y First Republic Bank, en California, mientras que, de anticipar la liquidación del préstamo, aun con fines de refinanciamiento, lo podrán hacer sin penalización alguna.
Mientras que el presidente Joe Biden aseguró que los usuarios de los bancos en quiebra podrán disponer de su dinero desde el lunes pasado, sin ninguna restricción, mientras su administración apuntó que éstos ya no volverán a operar, después de que también se había anunciado la destitución de sus directivos.
¿Qué repercusiones se esperan por la situación financiera?
Durante la semana los mercados financieros en todo el mundo han estado a la expectativa de lo que sucede en Estados Unidos, pues aunque varios de los bancos en problemas son regionales, sucede que SVB financia a varias empresas de tecnología, no sólo en EU, sino también en el viejo continente, pues la filial en Londres tiene como clientes a varios tecnológicos de India.
Asimismo, además de que la situación pudiera “contaminar” a entidades financieras en otros países, como se creyó que ocurría este miércoles con Credit Suisse, que perdió un inversor, mientras otro rechazó aumentar su participación, podría afectar la decisión de la Fed y otros bancos centrales respecto a más eventuales alzas en las tasas de interés, que encarecen el dinero y ya estarían afectando a bancos menores.
Situación sobre la que algunos analistas apuntan como la razón de la situación por la que pasan los bancos mundiales, ya que varios países tienen sus tasas en máximos históricos como una medida para frenar la inflación, al buscar equilibrar la oferta y la demanda de productos y servicios tras la “pausa” por el COVID-19.
Mientras tanto, según apuntó la Asociación de Banqueros de México (ABM) este jueves durante la 86 Convención Bancaria, no se prevén afectaciones para esta industria en México, pues además de estar sobrecapitalizada, no participa en los negocios de los bancos en quiebra.
Ante ello, el titular de la ABM, Daniel Becker, apuntó que, además de no haberse registrado problemas en el país desde hace casi 30 años, lo más probable es que la crisis actual sea vista por la banca mexicana desde lejos, como ocurrió en 2008 y 2009, cuando se dio la gran crisis financiera en EU.