El gas es una necesidad básica para los mexicanos: ya sea que uses gas natural o gas LP, coincidirás en que no se trata del recurso más económico, aunque sí muy necesario.
Es por ello que a continuación te presentamos algunos consejos para ahorrar gas al momento de cocinar.
¿Cómo ahorrar gas al cocinar?
Cuando buscamos ahorrar gas, no podemos dejar de lado la cocina, tomando en cuenta que es uno de los lugares donde más se gasta. Para lograrlo, sigue estas recomendaciones:
- Elige los utensilios correctos para cocinar: solemos pensar que cualquiera que pueda colocarse directo en el fuego funciona, pero el sitio de gastronomía Directo al Paladar explica que si buscas ahorrar gas, debes escoger los mejores materiales.
- Utiliza ollas con base de aluminio: aunque el aluminio no se recomienda del todo para cocinar, pues desprende fácilmente residuos, cuando está presente en las bases de las ollas de otros materiales, funciona como excelente difusor del calor.
- Mantén tus ollas y sartenes en buen estado: cuida que su superficie se mantenga brillante, de esta forma refleja el calor y calienta mejor tus alimentos con menor cantidad de gas.
- Cocina siempre con tapa: al tapar las ollas o sartenes, se aprovecha mejor el calor, ahorrando, según expertos, hasta un 25% de energía.
- Revisa la flama: ésta debe ser de un color azul, lo cual indica una correcta combustión de gas, de lo contrario, cuando es amarilla, significa que el proceso de quemado es incompleto y no se está aprovechando bien el gas.
- Descongela antes de cocinar: si congelas carne, pollo, pescado o cualquier otro alimento y después lo cocinas, lo mejor es descongelarlo una noche antes en el refrigerador. Cocinarlo congelado te llevará más tiempo y, por lo tanto, gasto de gas.
¿Por qué es importante cocinar los alimentos?
Aunque queramos ahorrar gas, algunos alimentos son indispensables que sean cocinados, pues suelen asociarse con enfermedades e intoxicaciones alimentarias. De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), los alimentos crudos de origen animal tienen más probabilidades de estar contaminados.
Afortunadamente, cocinar bien estos alimentos ayuda a destruir los microbios, en especial si se logra una temperatura interna promedio de 74 °C, para lo cual es mejor usar un termómetro para carnes.
Los huevos y mariscos no quedan fuera de riesgo, por lo que es necesario cocinar los huevos hasta que la yema y clara estén firmes, lo mismo en el caso de los mariscos, en especial los que se alimentan por filtración, como las ostras.
En cuanto a las frutas y verduras, en ocasiones también pueden contener microbios dañinos como salmonella, e. coli y listeria, por eso es importante lavarlas muy bien y, muchas veces, es mejor si se cocinan, en especial cuando son consumidas por niños menores de 5 años, adultos mayores, personas con problemas de salud y mujeres embarazadas, de acuerdo a los CDC.
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