La violencia vicaria es una expresión de violencia de género que busca dañar a través del uso de los hijos por parte de los progenitores.
La violencia de género se puede presentar de manera física, psicológica, sexual e institucional, y tiene como objetivo dañar a la víctima; en muchos casos, incluso, utilizando a los propios hijos o seres queridos para lograrlo, a esto último se le conoce cómo violencia vicaria.
Considerada la expresión más cruel de la violencia de género, la violencia vicaria no sólo tiene como víctima a la mujer, también, y principalmente, son víctimas sus hijas e hijos.
Con el ánimo de causar daño o preocupación a su pareja o expareja, en este tipo de violencia el padre atenta contra sus hijas e hijos física y psicológicamente, y, en casos extremos, son capaces de causarles hasta la muerte.
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¿Cómo identificar la violencia vicaria?
Existen señales de alarma que pueden evidenciar que una persona ejerce este tipo de violencia de género hacia su pareja o expareja, entre las más comunes destacan:
- Criticar a la madre delante de los hijos o permitir que otros lo hagan
- Romper o dañar las cosas o pertenecías de los menores
- No administrarles adecuadamente los medicamentos necesarios, en caso de requerirlos
- No cubrir las necesidades de los menores
- Manipularlos para ponerlos en contra de su madre
- Amenazar a la madre con hacer daño a los menores o quitárselos
- Obtener información de la madre utilizando a los menores de manera dolosa
Al atentar contra la integridad emocional de la víctima, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y algunos colegios de psicólogos han señalado que estos procesos de violencia provocan terribles consecuencias psicológicas difícilmente reversibles, pues ocasionan en aquella una tortura mental y el vivir con el miedo y terror, que son los objetivos perseguidos por el agresor.
Violencia vicaria: testimonio
Sandra sufrió violencia vicaria. Hace un año, en una comida familiar, su esposo le quitó a su hija de 3 años en complicidad con sus hermanas.
“El 6 de marzo, mi exmarido con una pistola y sus dos hermanas, una de ellas magistrada, me pegan, le pegan también a mi hija adolescente y se llevan a mi hija. Yo no sabía qué hacer, me dicen, ve denuncia, voy denuncio y por eso me quitan mi casa, me quitan todo, es una pesadilla”, narra la víctima.
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Violencia vicaria en México: ¿qué dice la ley?
En noviembre pasado, la Cámara de Diputados incorporó el tema a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, al Código Civil Federal y al Código Penal Federal.
Gabriela Pablos fue una de las víctimas y activistas que participaron en la elaboración de estas reformas.
“Como ejemplo, amenaza ‘no vas a volver a ver a tus hijos’; ‘te voy a dar donde más te duela’… Si amenaza con hacer daño a los hijos, con lastimarlos, matarlos, eso es violencia vicaria, no necesita llegar a cometer la acción para que sea violencia vicaria”, narra Gabriela.
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Los diputados tipificaron delitos con sanciones de 5 a 8 años de prisión: por ejemplo, hablar mal del vínculo materno, descalificar a la madre, incitar a que los menores cometan violencia física o emocional hacia la madre y obtener información de ella para hacerle daño.
También es violencia vicaria abrir procesos legales basados en hechos falsos para obtener la custodia de los hijos. De este abuso específico, también fue víctima Sandra.
“Tener seis carpetas con denuncias totalmente falsas y estar demostrando lo qué yo hice tal día y estar viendo. Eso es estresante, psicológicamente te trabaja muchísimo y físicamente ya ni te cuento”, señala Sandra.
Ahora, la ley también reconoce que el perfil de la persona que ejerce violencia vicaria es el de un agresor.
“Cuando hablamos de un agresor vicario es como hablar de un feminicida, estamos hablando de un perfil de hombre violento”, destaca Gabriela Pablos, fundadora del Frente Nacional de Mujeres.