El turismo de vacunas es una práctica de viajeros que ha estado ganando popularidad a partir de que se comenzaron a aplicar las vacunas contra el nuevo coronavirus (COVID-19) en algunos países más desarrollados.
Los turistas, o quienes optan por realizar este tipo de viajes, suelen ser originarios de regiones o países en los que las vacunas no han llegado o los sistemas de vacunación para ciertos sectores de la población determinan que aún faltarán meses para que se les aplique.
Ante este panorama, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) criticó la práctica del turismo de vacunas, pues con ello se muestra aún más la desigualdad entre los países con mayor poder adquisitivos y los que están en vías de desarrollo.
Jarbas Barbosa, subdirector de la OPS, dijo que el llamado turismo de vacunación no es una medida apropiada para asegurar que las personas que necesitan la vacuna puedan estar protegidas y salvar su vida.
¿Qué reto visibiliza el turismo de vacunas?
El reto, consideró el subdirector de la OPS, es aumentar el acceso de los países en desarrollo principalmente a las vacunas contra COVID.
“El turismo de vacunas y las personas que están viajando para hacerse vacunar, esto es otra fase más de la desigualdad en nuestra región…”.
La OPS informó que ha distribuido 17.6 millones de dosis de vacunas contra COVID-19; sin embargo, el abasto es insuficiente, por lo que llamó a los países que tienen vacunas a donar algunas dosis para los países con menor o cero acceso.
Carissa F. Etienne consideró que el avance no está al ritmo de la pandemia, la solidaridad regional, como la donación de dosis, será clave para poder superar la insuficiencia actual.