Poco antes del inicio de la primavera, se puede decir que empieza la temporada de jacarandas; muchos habitantes de grandes ciudades, como la CDMX, nos damos cuenta de estas bondades cuando las vemos florecer, más o menos a finales de febrero y los primeros días de marzo.
Estos majestuosos árboles que se colorean de morado o azul violeta se convirtieron en una escenografía ideal para las fotos y en una excelente opción para guarecerse en los días de mayor calor, pero ¿sabes cómo llegaron estos árboles a nuestro país? En Unotv.com te lo decimos.
¿Cómo llegaron las jacarandas a México?
Existen diversas versiones de la llegada de las jacarandas a nuestro país, la que más coincide es que se debe a unos ciudadanos japoneses que trajeron este árbol, que es muy similar al cerezo japonés, pero que se adapta mejor a las condiciones climáticas de México.
Según testimonios, en 1910, en plena Revolución mexicana, Sanshiro Matsumoto salió en busca de su padre que, 13 años atrás, había dejado Japón con la promesa de regresar.
No le fue tan difícil encontrar a su padre, Tatsugoro Matsumoto, pues había creado un majestuoso jardín en el palacio de Cristal y era el jardinero preferido del porfiriato.
Ya juntos, padre e hijo no sólo fortalecieron su negocio, sino que propusieron al entonces presidente Álvaro Obregón sembrar jacarandas en las principales calles de la Ciudad de México, el resto de la historia ya la conocemos, pues las flores lilas siguen dominando las calles de México.
Se dice que como el árbol de cerezo no podría sobrevivir en el clima del país, propusieron esta especie que se da en la América subtropical, de la familia Bignoniaceae, conocida como jacaranda mimosifolia o jacaranda.
Así pues, a este feliz reencuentro de padre e hijo en México y a su ingenio para buscar una opción colorida, le debemos que el también llamado árbol de mayo tapice de tonos violáceos nuestras avenidas.
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¿Cuál es el posible origen de las jacarandas?
El origen japonés de las jacarandas en México estuvo mayormente aceptado hasta hace algunos años, cuando el escritor y editor Aurelio Asián publicó en redes sociales otra explicación, la cual tenía que ver más con Europa que con Asia.
En esa publicación Aurelio Asián señala:
“Contra lo que cree, no fue Matsumoto quien introdujo las jacarandas en México, a principios del siglo XX. Ya mucho antes, en “The British florist” (Henry G. Bohn, Londres, 1846), se lee que la jacaranda es “a native of Mexico, whence seeds were first brought by Sir Thomas Hardy”
De acuerdo con lo publicado, entonces la jacaranda ya estaba en México antes de la llegada de Tatsugoro Matsumoto; si bien el también editor no niega que haya sido el jardinero y paisajista japonés quien llenó de jacarandas la Ciudad de México, pero precisa que estos árboles ya estaban presentes en México antes de que el japonés los trajera de Brasil.
Sea como sea, ahora resultan impensables algunas calles de la CDMX sin jacarandas, ¿no te parece? Cuéntanos tu experiencia con algunas de estas plantas de color morado o lila azulado.
Es tal su encanto que no sólo fotografías, pinturas y otras creaciones han sido dedicadas a las jacarandas, como muestra un poema del poeta y escritor Rafael Segovia:
“Jacarandas”
Las dulces jacarandas se quedan en lo suyo
Todos son verdes y ellas no
Nadie les quitará de la cabeza
Que hay mil maneras de ser árbol
Mil maneras de ser lo mismo
De otra manera
Que se puede ser verde siendo azul
Tener flores por hojas
Tener por copa un fresco resplandor
Ser dichosas aparte y a su modo
Bien seguras están de que hacen bien
Que nos da gusto que así sean
Que no por eso las queremos menos
Que siempre nos ha sido necesario
Que haya otra cosa.