La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó que son 26 los mexicanos fallecidos tras ser abandonados en el interior de un tráiler que transportaba migrantes y que fue localizado en San Antonio, Texas.
“Hasta hoy lamentablemente registramos 26 personas mexicanas fallecidas como resultado de su traslado en un camión de carga en el estado de Texas”, apuntó la SRE.
Señaló que el número de víctimas “se vio afectado por algunas personas no identificadas que se reconocieron como mexicanos cuando en realidad se trata de personas extranjeras” aunque no precisó la nacionalidad.
Además, junto con la embajada de México en Washington y el Consulado General de México en San Antonio, continúan en comunicación con las autoridades estadounidenses y la oficina forense, a fin de acelerar la identificación de las personas fallecidas.
- Al momento se encuentran dos personas mexicanas hospitalizadas en recuperación. Destaca la atención a un menor de edad que, afortunadamente, dejó terapia intensiva a pesar de que permanece en condición delicada. “El menor es originario de San José Iturbide, Guanajuato”, apuntó la SRE.
El Consulado General de México en San Antonio continúa con los procesos de identificación, embalsamamiento y documentación correspondientes, a fin de llevar a cabo el traslado de los cuerpos a nuestro país.
Hasta ahora, la funeraria tiene 16 cuerpos; el Instituto Nacional de Migración financiará los costos de repatriación, en coordinación con el Consulado General de México y la Secretaría de Relaciones Exteriores. Además, conforme a derecho internacional, personal consular ha ofrecido asistencia jurídica a los dos mexicanos que enfrentan cargos vinculados al caso en cuestión.
Migrantes, sin agua, bajo temperaturas de 39.4 grados
Autoridades encontraron un tráiler con la puerta trasera entreabierta y los cuerpos apilados en su interior, que estaban calientes al tacto. En la maleza cercana, los agentes descubrieron otras víctimas, algunas de ellas fallecidas.
El camión transportaba migrantes de México, Guatemala, Honduras y El Salvador y fue encontrado en una zona industrial desolada cerca de una carretera en las afueras de San Antonio, Texas, a unos 260 kilómetros al norte de la frontera entre Estados Unidos y México.