Varios videos en los que se asegura que tras recibir una vacuna contra el COVID-19 el sitio de la inyección queda magnetizado, han sido compartidos más de mil 500 veces en redes sociales.
De acuerdo con las publicaciones, esto se debería a que las vacunas contienen microchips, metales pesados o incluso un “dispositivo rastreador”. Pero todas las afirmaciones son falsas.
El objetivo de las vacunas es generar una respuesta inmunológica contra el coronavirus y éstas no contienen ningún componente capaz de producir una atracción magnética.
¿Qué se ve en los videos que circulan en redes sociales?
“Estoy con una paciente que ha sido vacunada. Justo tenía un imán acá en el consultorio y estoy haciendo la prueba de que el imán sí se pega en el lugar donde ella recibió la vacuna”, se escucha en una de las secuencias que circula en Facebook, Twitter e Instagram, y supuestamente muestra el brazo de una mujer llamada “Patri”, sobre el que otra deja fijado un pequeño imán.
Otro video muy similar muestra el mismo consultorio e imán, pero esta vez la supuesta paciente se llama “Mabel”.
“Esta basura emite algún tipo de radiación electromagnética porque es detectable con aparatología. El individuo está funcionando como una antena. Esto es un rastreador, como si fuese lo que le ponen al auto cuando le ponen la alarma”, aseguró en otra secuencia el genetista argentino Luis Marcelo Martínez.
Martínez ha difundido desinformación sobre el COVID-19 y las vacunas durante toda la pandemia, y sus afirmaciones ya han sido verificadas por AFP Factual en varias oportunidades.
En redes sociales circulan otros videos, que también llegaron por WhatsApp, sobre los supuestos efectos de atracción magnética de las vacunas contra el COVID-19, con la afirmación de que contienen metales pesados y microchips. Versiones similares también se difundieron ampliamente en inglés, francés y portugués.
¿Los componentes de la vacuna COVID son capaces de “magnetizar”?
El doctor Stephen Schrantz, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Medicina de Chicago, explicó que no es posible que los componentes de la vacuna COVID sean capaces de “magnetizar”.
“No. Recibir una vacuna contra el COVID-19 no puede hacer que tu brazo se magnetice. Se trata de un engaño simple y llano. No hay absolutamente ninguna forma de que una vacuna pueda provocar la reacción que se muestra en estos videos”.
Teorías acerca de “componentes” sospechosos o secretos en las inmunizaciones contra el COVID-19 comenzaron a circular meses antes de la aprobación de emergencia de las primeras vacunas, en diciembre de 2020. Sin embargo, sus composiciones no son secretas. Las de Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Sputnik o Sinopharm, por dar algunos ejemplos, han sido publicados por autoridades sanitarias.
Thomas Hope, investigador de vacunas y profesor de Biología Celular y del Desarrollo en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, recalcó que no hay nada en las vacunas con lo que un imán pueda interactuar.
“Hay proteínas, lípidos, sales, agua y sustancias químicas que mantienen el pH. Eso es básicamente todo, así que (lo mostrado en los videos) no es posible”.
Hope precisó que incluso si las vacunas tuvieran trazas de una sustancia metálica, “tendrían que colocar una pieza de metal bastante sustancial debajo de la piel para que los imanes se adhieran”, y agregó que eso es imposible de administrar a través de una aguja.
Con él coincide el doctor Nicolás Torres, del Laboratorio de Inmunopatología del IBYME-CONICET, Argentina.
“Lo que muestra el video ni siquiera es científico. En las vacunas hay material genético, proteínas, algún azúcar. Y ninguna de estas moléculas tiene propiedades magnéticas fuertes como para pegar un imán”.