María Francisca Teresa Martin Guérin, era su nombre completo, nació en Alenzón, Normandía, al noroeste de Francia, el 2 de enero de 1873. Era hija de Luis Martin y María Celia Guérin (canonizados el domingo 18 de octubre de 2015).
De este matrimio nacieron nueve hijos, cuatro murieron a temprana edad, solo sobrevivieron cinco niñas: María (1860-1940), Paulina (1861-1951), Leonia (1863-1941), Celina (1869-1959) y Teresa, que fue la menor.
Teresa, patrona de las Misiones, ingresó muy joven al monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y terminó su vida en 1897, a los veinticinco años de edad, el día 30 de septiembre.
En el monasterio vivió dos misterios: la infancia de Jesús y su pasión. Por ello, solicitó llamarse sor Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, y se ofreció a Dios como su instrumento.
A los 23 años enfermó de tuberculosis; En los últimos tiempos, mantuvo correspondencia con dos padres misioneros, uno de ellos enviado a Canadá, y el otro a China, y les acompañó constantemente con sus oraciones. Por eso, Pío XII quiso asociarla, en 1927, a San Francisco Javier como patrona de las misiones.