Nicolás (1245-1305) el “protector de las ánimas del Purgatorio” nació en la región de las Marcas en 1245, en la diócesis de Fermo. En su adolescencia conoce a los agustinos y se consagra en la comunidad de Tolentino.
- Fue un sacerdote, católico, italiano y el primer santo de la Orden de San Agustín.
Nicolás permaneció en Tolentino por 30 años, ahí vio su muerte llegar. Predicó en las calles, administró los sacramentos y visitó a los ancianos, pasaba largas horas en oración y en el confesionario, atendiendo las necesidades espirituales de su gente.
Vivía con sencillez y ayunaba con periodicidad, se alimentaba principalmente de verduras y hortalizas. A San Nicolás de Tolentino se le atribuyen muchísimos milagros, tanto en vida como post mortem.
Los fieles, impresionados por las conversiones que se producían gracias a su testimonio de vida, le pedían constantemente interceder por las almas del purgatorio. Esto le valió, muchos años después de su muerte, ser llamado “patrón de las santas almas” o “protector de las ánimas del Purgatorio”.
Nicolás padeció por varios años de fuertes dolores de estómago, y por períodos su salud se quebraba. Un día, estando muy enfermo, se le apareció la Virgen María y le dio instrucciones para que pidiera un trozo de pan, lo mojara en agua y se lo comiera, con la promesa de que se curaría. Así, Dios curó a San Nicolás por intercesión de la Virgen y a partir de este hecho el Santo empezó a bendecir trozos de pan para dárselos a los enfermos.
En memoria de estos milagros, el día de su festividad, se preparan los “panecillos de San Nicolás”, para ser compartidos.
San Nicolás murió el 10 de septiembre de 1305 y fue enterrado en la iglesia del convento de Tolentino, su hogar por más de tres décadas.
En 1345 se exhumaron sus restos, fue expuesto y un desconocido le amputo los brazos al cuerpo para que sirvieran como reliquias. Se dice que los brazos sangraron como si se tratase de una persona viva.
- Un siglo después se dio un milagro, os brazos amputados fueron hallados intactos y empapados en sangre.
Dentro de la Basílica conocida como el Santuario San Nicolás Da Tolentino, en la Capilla de los Santos Brazos, del siglo XVI, se encuentran reliquias de la sangre que salió de los brazos del santo. En un cofre ubicado encima del altar de plata, se halla un cáliz de plata del siglo XV, que contiene su sangre.
San Nicolás fue uno de los santos (junto a San Juan Bautista y San Agustín), que vinieron del cielo para llevar a Santa Rita al convento.