Entre enfermedades e ilusiones: la dura realidad de niños migrantes en su camino a EU

Decenas de niños migrantes transitan México con un sólo sueño: llegar a Estados Unidos en busca de una vida mejor. Sin embargo, el sueño, por momentos, se convierte en una pesadilla durante su travesía, enfrentando peligros y enfermedades.

Niños migrantes pasan por México camino a EU. Foto: Cuartoscuro | Archivo

Ellos, como muchos niños, deberían estar pateando una pelota o simplemente jugando en otro sitio, y no en un precario campamento en el norte de la Ciudad de México tras dejar sus países de origen. Pero pareciera que van de una tragedia a otra.

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Yosneysi y su hermano son dos de los varios niños migrantes que dejaron su país. Primero huyeron de Venezuela, en donde asesinaron a su padre, buscaron refugió en Perú, en donde estuvieron los últimos dos años.

“-A mi papá, lo mataron.

-¿En Perú?

-No, Venezuela”

Yosneysi, menor de edad migrante.

A su corta edad, Yosneysi ha vivido la dura realidad de la migración. Noches sin dormir y días con hambre son parte de lo que, ahora, son sus recuerdos cuando ingresó a México por la frontera sur.

“Creo que lo más difícil para mí fue cruzar de Guatemala a México, ya de la selva y eso normal, lo sentí normal. Pero de Guatemala a México sí lo sentí fuerte

-¿Qué te tocó vivir en esa parte?

-Por ejemplo, dormir en el piso con solo cartones, a veces se pasaba frío cuando llovía, no podías dormir, tenías que estar despierto y así, lo que sí lo pasamos fue hambre”

Yosneysi, menor de edad migrante.

Sin embargo, en el campamento levantado por migrantes, los menores no están exentos de dificultades. Ahí no hay colchonetas ni tiendas de campaña formales. Además, las enfermedades también se hacen presentes.

La pequeña Sofía tiene ronchitas, propias de una enfermedad viral. Aunque no es un caso aislado, entre ellos saben que las enfermedades, como las carencias, se hacen presentes.

“-Tiene varicela, sí, porque aquí hay muchos niños con varicela, se contagió.

-¿Hay varios?

-Sí, aquí hay muchas enfermedades. Y también se enferman por las lluvias, y todo eso”,

Emelis Díaz, migrante venezolana.

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Pese a las complicaciones que enfrenta Sofía, mantiene la inocencia de toda niña y encuentra el lado bueno del día.

“Jugar, juego en el parque, salgo”, Elianis Sofía, menor de edad migrante.

Los síntomas de Sofía y de otros niños llamaron la atención de las autoridades. En la Ciudad de México, las brigadas de salud atienden a los pequeños migrantes, están acudiendo a los campamentos para hacer una revisión de las diferentes afecciones que llegan a presentar.

“-La gente nos comenta de posibles casos de varicela… ¿No sé si usted…?

-Claro, mire, esto ha sido frecuente, pero no le puedo dar mayor información

-Por lo pronto veo que sí se están tomando acciones, ya están ustedes

-Ah, por supuesto, aquí estamos nosotros todo el tiempo de lunes a viernes con una unidad móvil atendiendo las necesidades más importantes”, María de la Ortiz Guerra, directora del centro de Salud Dr. Manuel Cárdenas, SEDESA

Y aunque la mayoría aseguran que sólo están de paso, rumbo a Estados Unidos, la agencia de la ONU para los Refugiados en México, ACNUR, ya documentó un repunte en las solicitudes de asilo para niñas y niños migrantes.

“El año pasado, la COMAR recibió 140 mil, un poquito más, casi 141 mil solicitudes en todo el año, en este año las cifras que tenemos para inicios de junio es alrededor de 38 mil solicitudes. Entonces, pues sí podemos identificar un número importante comparado con el año anterior”, Rosy García, oficial de Protección Comunitaria, ACNUR México

Aunque no sólo se trata de latinoamericanos, pues entre largas listas de migrantes también hay personas originarias de algunas regiones de África o Asia.

“Se han identificado también aumento de presencia de niños, niñas y adolescentes, que vienen no solamente de la región americana o latinoamericana, sino de otras regiones como desde África o desde Asia. Sin embargo, para lo que son justamente las cifras que tenemos desde la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados, la COMAR, las solicitudes siguen siendo predominantes de familias o de familias de Honduras, de Haití, de Cuba”, Rosy García, Oficial de Protección Comunitaria, ACNUR México

Sobre Venezuela, es la crisis política y económica la que ha causado mayor migración. Rosiver González cuenta a Unotv.com los motivos por los que dejó su país natal.

“-¿Por qué dejaron Venezuela?

-Por la situación que está allá. Sí.

-¿Sus pequeños allá no podían irá la escuela?

-No, muy difícil.

-¿Por el dinero?

-Sí, ajá.  Porque hay trabajo, sí. Pero difícil encontrar para que te paguen… O si te pagan, no te alcanza así, no te puedes comprar una harina y un arroz y ya. No te alcanza para ensalada o así, pues… Y nosotros migramos”,  Rosiver González, migrante venezolana

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A diario, el albergue migrante CAFEMIN, en el norte de la capital mexicana, hace un esfuerzo.  Recibe decenas de familias.

“No hay aplicación de la Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. Partiendo desde ahí todo se complica, porque los albergues en realidad no somos los encargados de… Y no tenemos las herramientas para cubrir todos los derechos que niñas, niños y adolescentes migrantes y sus familias se merecen”, Darío Lozano, integrante de albergue migrante, CAFEMIN

Esto se suma al trabajo que realiza ACNUR que busca desplegar una serie de servicios de acompañamiento para la integración de los migrantes.

“Sí, desde la ACNUR buscamos desplegar una serie de servicios de acompañamiento para la integración. Entonces se busca asegurar que las familias cuenten con estas posibilidades, por ejemplo, para acceder a un empleo, para acceder también niños y niñas o adolescentes, al sistema escolar, asesoría o acompañamiento para que accedan a los diferentes programas y servicios sociales que existen, para el resto de la población”, Rosy García, Oficial de Protección Comunitaria, ACNUR México

Migrantes de diversas edades, solos o acompañados, que así pagan el sacrificio de hallar una nueva vida.

“Horrible, nosotros andamos así como que, un día, estamos contentos, un día, estamos desanimados, frustrados. Son sentimientos encontrados que no le deseas a nadie, pero es algo que uno, pensando en los hijos, hace el sacrificio de hacer esto…”, Yusmeli Ochoa, migrante venezolana.

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