Mientras en la ciudad turística de Lahaina continúan las labores de rescate, en redes sociales una cibernauta mexicana relató su escape de la isla de Maui, Hawái, donde vacacionaba cuando se inició el incendio forestal catalogado ya como la mayor catástrofe en la entidad.
Y es que según la actualización oficial de este fin de semana, los incendios forestales en Maui llevan 93 muertos y, al parecer, un millar de personas desaparecidas, mientras que este conteo parece incierto, toda vez que las autoridades estatales apuntan que muchas de estas personas podrían estar bien, pero incomunicadas, pues todavía no se restablecen los servicios en la entidad.
Asimismo, a través de un video en su cuenta de Instagram, la mexicana residente en Texas, Estados Unidos, Evelyn Argüelles, relató que el jueves pasado se encontraba en Lahaina, principal destino turístico de Maui, cuando a las 5:00 horas la despertaron las alarmas que sonaron con el corte de electricidad.
Tras ello, y viendo que en el lugar todo estaba cerrado, ella y sus acompañantes decidieron viajar a Wailea, otra ciudad en la costa, enfrentándose en el camino a los fuertes vientos del huracán Dora, a más de mil kilómetros de la zona, y entre cuyos estragos, además de avivar las llamas de los tres incendios activos en la isla, estuvieron varias ramas caídas sobre la carretera, afectando el avance de los coches que buscaban evacuar el lugar.
Argüelles agregó que apenas una media hora después de su paso por la avenida principal de Lahaina fue que se registró el devastador incendio que incluso obligó a muchos de los habitantes a lanzarse al mar para escapar de las llamas que convirtieron la ciudad en una “zona de guerra”.
Además, resaltó que de no haber salido en busca de comida les habría tocado el siniestro, toda vez que el Airbnb que rentaban estaba a escasos metros del lugar donde ocurrió la mayor parte del desastre, pues hasta ese momento no conocían la magnitud de los hechos, y aunque después intentaron regresar a Lahaina por los pasaportes, se encontraron con las carreteras cerradas.
Fue entonces, según cuenta Evelyn Argüelles, cuando, tras llamar y enviar mensaje a unos amigos que se hospedaban cerca de ellos, y al no poder comunicarse, decidieron descansar en el cuarto que tenía la suegra de su hermano en un hotel cerca del aeropuerto de Maui, hasta que después uno de sus amigos pudo contactarlos por teléfono para recibir instrucciones sobre dónde hallar los pasaportes, alcanzándolos con su familia en la terminal aérea.
En tanto que, por último, tras agradecer haber logrado escapar del incendio, Evelyn apuntó que, aunque el viernes se habían cancelado varios vuelos, ella, su esposo, su cuñada y la suegra de su hermano pudieron salir en otro vuelo hacia Texas, mientras que a sus padres los agendaron en otro para los siguientes días.
¿Qué pasa en Hawái?
Ante los devastadores incendios, este domingo el gobernador de Hawái, Josh Green, calificó como “zona de guerra” esa parte de la isla de Maui, mientras el número de muertos ascendía a 93 y se esperaba que siguiera aumentando.
Y es que el martes un incendio que se extendió rápidamente envolvió la costa noroeste de Maui, arrasando la histórica ciudad turística de Lahaina y destruyendo casi todo a su paso.
Mientras que, días después del infierno, los bomberos seguían luchando contra las llamaradas y los perros rastreaban las ruinas calcinadas de la ciudad en busca de víctimas, mientras los supervivientes y las autoridades se enfrentaban a la magnitud del desastre.
“En este momento, todavía estamos en la fase aguda de esta recuperación, lo que significa que todavía estamos recuperando la trágica pérdida de vidas”, dijo Green a MSNBC el domingo. “Estamos en 93 (víctimas) ahora … es una zona de guerra, pero la ayuda es increíble”.
Green, que advirtió el sábado de que el número de víctimas mortales aumentaría, se comprometió de nuevo a investigar la respuesta al incendio y los sistemas de notificación de emergencia después de que algunos residentes cuestionaran si se podía haber hecho más para avisarles antes de que sus casas fueran destruidas.
Algunas personas se vieron obligadas a vadear el océano Pacífico para escapar.
Las sirenas colocadas alrededor de la isla para avisar de catástrofes naturales inminentes nunca sonaron, y los cortes generalizados de electricidad y telefonía móvil dificultaron otras formas de alerta.
“Pronto sabremos si hicieron lo suficiente para poner en marcha esas sirenas”, dijo en la entrevista televisiva.
El presidente Joe Biden dijo el domingo a periodistas que “lo estamos estudiando” a las consultas de si pensaba visitar Maui en los próximos días.
Ya es la peor catástrofe natural de Hawái
Por otra parte, el número de muertos convirtió el incendio en la peor catástrofe natural de Hawái, superando a un tsunami que mató a 61 personas en 1960, un año después de que Hawái se convirtió en estado de Estados Unidos.
Asimismo, la cifra de muertos también superó la del incendio de 2018 en la localidad californiana de Paradise, en el que perecieron 86 personas, y fue la más alta de un incendio forestal desde 1918, cuando 453 personas murieron en el incendio de Cloquet, en Minnesota y Wisconsin, según datos de la Asociación Nacional de Protección contra Incendios.
Mientras que hasta el momento las autoridades han conseguido mil habitaciones de hotel para las personas que perdieron sus hogares y están organizando que propiedades de alquiler sirvan de alojamiento sin costo alguno para las familias, dijo Green el sábado. Más de mil 400 personas habían sido acogidas en refugios de emergencia.
A la par, la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA) estimó el costo de la reconstrucción de Lahaina en 5 mil 500 millones de dólares, con más de 2 mil 200 estructuras dañadas o destruidas y más de 850 hectáreas quemadas.
La directora de la FEMA, Deanne Criswell, dijo que la agencia contaba con 150 personas sobre el terreno, y que en uno o dos días llegarían más equipos de búsqueda y perros.