Ana Laura tiene 70 años y nunca se imaginó que se convertiría en una sobreviviente de una enfermedad que mata cada día de 10 a 12 mujeres en México. Cada año, el 19 de octubre se celebra el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama como recordatorio del compromiso de toda la sociedad en la lucha de este padecimiento. Esta no sólo es la historia de una paciente, sino del camino que viven muchas mujeres que son diagnosticadas en el país.
“Lo primero que me pregunté fue qué me va a pasar, qué es eso del cáncer de mama
“¿Será cáncer ?”, esa fue la primera pregunta qué se hizo Ana cuando se encontró, mientras se bañaba, un pequeño bulto en su seno. Luego del hallazgo, el miedo se apoderó de ella, también dice que lloró mucho. Un año atrás había enterrado a su esposo, quien murió de leucemia.
Pero la imagen de sus nietos e hijos, la hizo reaccionar. Al día siguiente, a las 3:30 AM, antes de que el Sol se asomara y pese al frío de invierno, salió hacia su clínica del IMSS, porque sin cita previa es casi imposible entrar a consulta en la Ciudad de México, la única forma de hacerlo es llegar temprano.
Ese día Ana tuvo suerte, su médico familiar la recibió, le pidió que se quitara la ropa y comenzó a tocar, luego bajó la mirada.
¿Tengo cáncer, cierto? Le preguntó Ana asustada.
La especialista respondió que era probabable que fuera cáncer de mama. Le extendió un pase para Ginecología, no había más espacio para todas las preguntas, el siguiente paciente esperaba su turno.
La cita estaba marcada cinco días después. El hospital donde fue canalizada, evoca Ana, era grande y estaba pintado de rosa. Ese mismo día le hicieron tres estudios: una mastografía, un ultrasonido mamario y una biopsia, un procedimiento en el que se extrae una pequeña muestra de tejido mamario para ser analizado en laboratorio. Los médicos tampoco respondieron sus dudas, sólo le pidieron calma, su resultado estaría en 20 días.
“La incertidumbre es como caer en un pozo sin fondo”, asugura esta señora, que tiene cinco hijos y seis nietos.
Pero la espera no duró tanto, 10 días más tarde recibió una llamada, era urgente entregarle sus resultados, Ana hizo algunas preguntas, pero otra vez ninguna de sus dudas fue disipada.
Cuando llegó preguntó en la recepción y casi de inmediato la hicieron pasar, algo sin duda no estaba bien, pensó. El médico que la recibió movía mucho sus manos, esa tampoco fue una buena señal para Ana, y sin esperar demasiado le confirmó el primer diagnóstico, tenía cáncer de mama y debía ir al Hospital La Raza, era noviembre.
“La Raza es todo un mundo, es grandísimo, tanto así que me perdí las primeras veces. Ahí me explicaron que se requería de una masectomía“, recuerda Ana.
Pensativa, explica que fue a varias citas antes que le dieran fecha de su operación, una mastectomía radical modificada, en la cual además de remover el seno, también se extirpan los ganglios linfáticos axilares.
“Había citas rápidas, en las que en menos de 40 minutos ya estaba afuera, pero otras burocráticas, que te hace ir de un lugar a otro y en las que pierdes todo el día. Hice todo lo que pidieron hasta que me dijeron que me iban a operar el 1 de enero”.
¿Duele?, ¿qué pasa después de una masectomía?, ¿cómo es la recuperación? Y decenas más de preguntas tenía Ana, pero en el proceso todo es rápido. Ella dice que en aquellos días Google fue un buen aliado, aunque no el mejor, hubiera preferido que un médico respondiera a sus inquietudes.
Eso sí, le dieron una lista de las cosas que tenía que llevar para su internamiento, y las cuales debía guardar en una bolsa transparente, de otra forma no podría ingresarlas.
“Jabon, chanclas, una toalla de baño… eran algunas cosas de la lista”, dice Ana. Y añade que le rogaron ser puntual.
“Me sentía mutilada”
Ana llegó temprano y con sus cosas en una bolsa transparente de plástico, su hija fue con ella. Tras casi una hora en la recepción la llamaron, a ella y a otras cinco mujeres para asignarles cama.
“Ya no recuerdo el número que me tocó, pero el cuarto estaba limpio y habia dos camas. Mi compañera ya iba de salida, era muy joven, la habían operado también de cáncer de mama“, comparte Ana.
“Mi operación iba a ser al día siguiente, eso sí no te dicen la hora, es como te va tocando, así que tu familia debe estar atenta, porque al quirófano una pasa sola”.
La masectomía fue a las 7 de la mañana, a Ana le tocó ser parte del primer grupo a entrar a operación. Ella recuerda el frío, las voces y sobre todo los jalones de la operación.
“No te dicen mucho, sólo que todo salió bien. Una enfermera me vio temblando y me agarró la mano. Pero no deje de temblar, ni cuando vi a mis hijos. Me sentía mutilada“.
Cáncer de mama: la recuperación
“Tenía un drenaje para la herida y me explicaron como debía hacerme la curación. Me dijeron que había que esperar mis resultados de patología para poder determinar si había la necesidad de someterme a quimioterapia“, cuenta Ana.
“Al día siguiente de la masectomía fui dada de alta. Y no fue sencillo, pero comencé a ir a terapia. Verse el cuerpo, verte sin una parte tuya es lo más dificil que me ha tocado vivir, además está el dolor”.
Los resultaron tardaron más de un mes. En consulta le avisaron que no había necesidad de pasar por quimioterapia, aunque le advirtieron que su vida no iba ser la misma.
“No puedo cargar nada pesado de ese brazo, tampoco usar anillos y tengo que usar una manga especial. Y a veces me veo y sí lloro, pero sobreviví al cáncer de mama“.
“A principios de noviembre fue que me encontré el tumor, en enero me operaron y casi en marzo me dieron mis resultados de patología, fueron cuatro meses de incertidumbre y mucho dolor. Sin embargo, me lo diagnosticaron rápido“.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por tumores en las mujeres mexicanas, con un promedio de 10 decesos al día. En los últimos 10 o 20 años en México los fallecimientos por esta enfermedad han aumentado, mientras que en Europa y Estados Unidos han disminuido dramáticamente, según un reporte de la UNAM.
La incidencia en México de cáncer de mama es igual a la de Estados Unidos, pero el número de decesos es del doble porque el diagnóstico es tardío en el país.
Lo que debes saber del cáncer de mama
Factores de riesgo del cáncer de mama, segun el IMSS:
- Antecedentes de un familiar con cáncer de mama
- Tener 40 años o más
- Tener la primera menstruación antes de los 12 años
- Usar anticonceptivos hormonales por más de 5 años
- Tener el primer hijo después de los 30 años
- No haber tenido hijos
- Tener la última menstruación después de los 52 años
- Tomar hormonas para la menopausia
- Obesidad
Detección oportuna y diagnóstico
Para la detección oportuna se recomienda que todas las mujeres mayores de 25 años, toquen sus mamas después de menstruar, tratando de encontrar alguna bolita, señala el IMSS, en su pagína oficial.
“Si encuentras algo que consideras extraño, deberás ir con tu médico para que te explore y de ser necesario, te solicite otros estudios como el ultrasonido y la mastografía”.
Debes realizarte la mastografía si:
- Eres mayor de 50 años
- Eres menor de 50 años con sospecha de tener un cáncer
Para diagnosticar cáncer de mama es necesario:
- La autoexploración
- La mastografía