El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) descubrió una veintena de entierros humanos consagrados a un templo-pirámide de la Zona Arqueológica de Moral-Reforma, en Tabasco, que, se cree, estuvieron dedicados a la muerte o la deidad del inframundo maya.
¿Qué se sabe de los entierros sagrados descubiertos por el INAH en zona arqueológica?
De acuerdo con las autoridades, se trata, en su mayoría, de adultos jóvenes masculinos, lo que permite considerar que el templo en la zona arqueológica de Moral-Reforma, en Tabasco, estuvo vinculada con la muerte o con una deidad del inframundo maya, debido a las señales de decapitación en algunos de los cráneos.
A través de un comunicado, el INAH explicó que los entierros obedecen a “contextos funerarios de distinta temporalidad”, es decir, que datan de dos periodos distintos que se desarrollaron en la Zona Arqueológica de Moral-Reforma, en Tabasco.
“De manera preliminar, se considera que el primero corresponde al periodo Clásico Tardío (600-900 d.C.), cuando Moral-Reforma, localizado en la ribera del río San Pedro Mártir, se consolidó como enclave en el control de la navegación, intercambio cultural y de mercancías entre los pueblos mayas del Petén guatemalteco y los asentados en la costa del Golfo de México”,
Explicó el INAH en un comunicado
Mientras que, sobre el segundo grupo de entierros descubiertos debajo del primero, daten de hace dos milenios, pues, informaron, también se encontraron más de 500 piezas colocadas a manera de ofrenda.
“En tanto, es posible que el segundo grupo de enterramientos, registrado debajo del primero, tenga dos milenios de antigüedad, pues sus características, que incluyen la disposición, a modo de ofrenda, de 567 piezas, como cuentas de concha y jade que debieron conformar sartales, anillos de concha, puntas de proyectil, vasijas, caracoles perforados y agujas de hueso, lo vinculan al Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C.)”,
Explicó el comunicado
¿Por qué se cree que entierros sagrados están vinculados con la deidad del inframundo?
De acuerdo con Francisco Apolinar Cuevas Reyes, coordinador del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza) con el objetivo de investigación y conservación, los cráneos recuperados en ambos entierros muestran deformación tabular oblicua.
“Rasgo físico que se obtenía de manera intencional, mediante el entablillado de la cabeza a temprana edad, porque elevaba el estatus de los individuos en la sociedad maya precolombina. Asimismo, en dos individuos del Clásico Tardío se observa modificación dentaria mediante limado e incrustaciones de jade en las piezas frontales”,
Francisco Apolinar Cuevas Reyes
Los investigadores apuntan a que se trató de un entierro sagrado dedicado a la muerte o a la deidad del inframundo debido a las particularidades de los enterramientos, destacando que:
- Los restos óseos del grupo del Clásico Tardío aparecieron entre los 35 y 57 centímetros de profundidad respecto de la superficie.
“De ese número de entierros (13) se contabilizaron ocho individuos que debieron ser decapitados y partes de sus cuerpos desmembradas y colocadas separadas, para consagrar el templo”,
Precisó Francisco Apolinar Cuevas Reyes
Además, también se destacó que “siete entierros individuales y múltiples del grupo del Preclásico Tardío, detectados entre los 60 y 87 centímetros de profundidad, corresponden a las osamentas de, al menos, 12 individuos”.
“Algunos fueron dispuestos en posición sedente y lateral derecha, al momento de morir, y otros fueron llevados al lugar después de una primera inhumación (entierros secundarios), de ahí que varios esqueletos no presentaban relación anatómica”,
INAH