Este 13 de agosto, fecha en la que se recuerda la caída de Tenochtitlan a manos de los españoles y que se conmemoran los 500 años de la Resistencia Indígena, te traemos algunas curiosidades de la también llamada Conquista.
¿Bernal Díaz del Castillo escribió su historia?
Una de las curiosidades de la llamada Conquista se refiere a Bernal Díaz del Castillo, antiguo soldado, descubridor y conquistador que acompañó a los españoles que vinieron a territorio mexicano y a los 80 años, casi ciego, sordo y encorvado, escribió la“Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”.
Sin embargo, de acuerdo con el investigador francés Christian Duverger, autor del libro “Crónica de la eternidad”, Bernal Díaz del Castillo no es el verdadero escritor, y menciona que quien en realidad estaba detrás de esta magna obra era Hernán Cortés.
¿En qué se basa Duverger? El investigador francés llama sobre tres curiosidades:
- ¿Cómo consiguió un soldado raso, sin experiencia literaria, escribir una crónica llena de citas y libros a los que no tenía acceso?
- Si Bernal estuvo tan cerca del conquistador, ¿cómo es que Cortés no lo menciona en ninguna de sus cartas o crónicas?
- Es posible que Cortés, quien ya no podía escribir por prohibición del rey, hubiera, por un lado, pagado al eclesiástico Francisco López de Gómara y creado un personaje ficticio y omnisciente, como Bernal Díaz del Castillo
¿Quién mató a Moctezuma?
Existen dos vertientes: los que atribuyen su muerte a los indígenas y aquellos que dicen que los verdaderos responsables fueron los españoles.
En las “Cartas de Relación de Hernán Cortés” se refiere que luego que Moctezuma salió de la fortaleza para hablar con la gente, “le dieron una pedrada, los suyos, en la cabeza; tan grande, que de allí a tres días murió”. Mientras que el “Códice Ramírez” afirma que Moctezuma fue asesinado por los españoles y que éstos sacaron de la terraza el cadáver para inculpar a los mexicas.
Otras versiones, como la de fray Diego de Durán (“Historia de las Indias de Nueva España”) o la de fray Bernardino de Sahagún (“Historia general de las cosas de Nueva España”), refieren que no murió por una pedrada, sino que fue muerto a puñaladas o estrangulado.
El historiador británico Hugh Thomas, en su novela “Moctezuma”, concluye diciendo que “como saben hasta los colegiales, la muerte del dirigente mexica constituye un enigma; los responsables creen que murió como consecuencia de la pedrada, pero algunos irresponsables creen que fue Malinche (Cortés) quien regresó y lo mató”.
“Lo cierto -señala el doctor Juan José Batalla, de la Universidad Complutense de Madrid- es que a ninguno de los bandos le convenía que Moctezuma siguiera con vida”. Por ello, concluye: “Entre todos lo mataron y él solito se murió”. Ésta es otra de las curiosidades de este periodo histórico antes llamado Conquista.
Una perra, otra de las curiosidades de la Conquista
Así como los indígenas mostraron inicialmente temor ante los hombres barbados que usaban armaduras, tenían cañones y algunos montaban a caballo, igual temor les causó un aliado que traían los españoles: una perra lanuda o lebrela que contrastaba con los lampiños izcuintlis.
Según refiere Bernal Díaz del Castillo en el capítulo X de su obra, en el lugar conocido como puerto de Términos “había mucha caza de venados y conejos, y matamos 10 venados con una lebrela y muchos conejos”. La perra se quedó en la zona de Términos y cuando los españoles la volvieron a encontrar, la hallaron muy gorda. Ésta es otra de las curiosidades de la Conquista, hoy conocida como Resistencia Indígena.
María Estrada, conquistadora española
Otra de las curiosidades de la Conquista tiene que ver con María de Estrada, una mujer sevillana, hija de un soldado, la cual se lanzó a este viaje, pero fue descubierta y a punto estuvo de ser desembarcada en el primer puerto. Gracias a que trabajó igual que cualquier marino y a sus extraordinarias dotes de cocinera, salvó el pellejo.
Eloísa Lucerna, en su libro “Españolas del Nuevo Mundo”, la presenta como una mujer proactiva que no iba de adorno. Estuvo en el episodio de la Noche Triste, armada de rodela y espada, y en la batalla de Otumba, a caballo y con una lanza en la mano.
Hugh Thomas, en “La Conquista de México”, dice que María de Estrada llegó a la metrópoli con el resto de las tropas, contrajo matrimonio con el capitán Pedro Sánchez, combatió en el sitio y en todas las batallas. Después de la Conquista y para reconocer su valentía, Hernán Cortés le otorgó una encomienda en Tetela del Volcán, la cual administró junto a su marido.
Azufre del Popocatépetl
Otra de las curiosidades de la Conquista tiene que ver con una expedición que hizo un grupo de españoles, entre quienes iban Francisco de Montano y Francisco de Mesa, los cuales, al ya no tener azufre para la pólvora de los cañones, decidieron subir al volcán Popocatépetl.
Ambos ascendieron al volcán, pero no sólo eso, incluso Francisco de Mesa bajó al interior del cráter, ayudado por otros hombres que lo sostuvieron con unas cuerdas. Por estos servicios, según refiere el sitio de la Real Academia de la Historia, recibió una encomienda en Iguala, donde permaneció con su mujer Inés de Herrera.
La xiucoatl o lanza gigante
Después de la derrota a manos de los indígenas en el episodio antes conocido como Noche Triste y ahora rebautizado como Noche Victoriosa, los españoles regresaron y sitiaron Tenochtitlan durante 70 días.
La situación para los tenochcas era desesperada: no tenían agua ni comida, no podían salir, incluso no tenían lugar para enterrar a sus muertos. Ante esto, Cuauhtémoc decidió gastar su último recurso: la xiucoatl, la serpiente de fuego, la lanza que el dios Hutizilopotchtli utilizaba para derrotar diariamente a la Luna y estrellas, según las tradiciones indígenas.
Era una lanza de grandes proporciones y tenía poderes mágicos para exterminar a cualquier enemigo. “El Códice Florentino” la menciona y también se le señala en el libro “La visión de los vencidos”, donde el guerrero de nombre Opochtzin fue vestido con el ropaje de “tecolote de quetzal”, insignia del rey Ahuizotzin, padre de Cuauhtémoc, para que aniquilara y espantara a los enemigos. El arma consistía en un largo dardo colocado en vara, que tenía en la punta un pedernal.
La guerra bacteriológica
Para algunos resulta increíble que Hernán Cortés hubiera derrotado al imperio azteca con apenas unos soldados. Sin embargo, a menudo se olvida que ayudando a Cortés hubo miles de indígenas, enemigos de Tenochtitlan, que rebasaron la cifra de 70 mil aliados.
No hay que olvidar tampoco que uno de los factores decisivos en la victoria fue la llamada “guerra bacteriológica”, que comenzó en 1520, durante el sitio de Tenochtitlan, cuando uno de los conquistadores se sintió enfermo y se comprobó que tenía viruela.
Los españoles poseían los anticuerpos necesarios para enfrentar esa pandemia, no así los naturales que en cuestión de semanas sucumbieron; según algunas cifras, en unas semanas hubo 50 mil muertos. A partir de entonces, la vida en la Nueva España puede describirse con un adjetivo: apocalíptica.