En Palenque, Chiapas, presidentes y cancilleres de 12 países latinoamericanos, incluido México, se reunieron para discutir mecanismos que contribuyan a la migración ordenada en el continente, mientras decenas de miles de personas buscan llegar a Estados Unidos. En ésta se acordaron acciones en torno a siete temáticas.
A convocatoria del Gobierno de México, la cumbre denominada “Encuentro de Palenque, por una vecindad fraterna y con bienestar” se realizó este domingo en el sitio arqueológico de Palenque, Chiapas, cerca de la frontera con Guatemala, además de ser el punto por el que transita la mayoría de quienes dejan sus países escapando de la pobreza o la violencia.
La “base de todo es que se atienda a la gente en sus lugares de origen porque la migración no es por gusto, es por necesidad”, dijo a la prensa el presidente Andrés Manuel López Obrador tras llegar el sábado a esta localidad enclavada en la ruta migrante.
Asimismo, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) detalló que durante la reunión “se analizarán las causas de la movilidad humana, como la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades laborales” y se “explorarán acciones coordinadas” para un tránsito ordenado de personas.
Mientras que a la reunión asistieron los mandatarios de Colombia, Gustavo Petro; Cuba, Miguel Díaz-Canel; Honduras, Xiomara Castro; Venezuela, Nicolás Maduro; y de Haití, Ariel Henry.
Toda vez que acudieron también representantes de los gobiernos de Belice, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala y Panamá.
Además, destaca que de esos 11 países proviene la mayor parte de los 1.7 millones de migrantes que, según México, durante 2023 han alcanzado la frontera con Estados Unidos, considerada la ruta terrestre “más peligrosa de mundo” por la Organización Internacional para las Migraciones.
Al término del encuentro, Alicia Bárcena, titular de la SRE, destacó que en la cumbre los participantes alcanzaron acuerdos en siete áreas:
- Autosuficiencia y soberanía alimentaria
- Protección, conservación y restauración del medio ambiente
- Empleo digno, educación y desarrollo de capacidades técnicas y tecnológicas
- Seguridad energética, incluyendo energías renovables
- Autosuficiencia sanitaria
- Comercio e inversión intrarregional
- Combate conjunto al crimen organizado transnacional, al tráfico de personas y a la corrupción
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De igual forma, la cancillería resaltó que por su parte el Gobierno de México propuso la implementación de dos de sus programas sociales prioritarios en los países de donde parte la mayoría de los migrantes, además de la armonización regulatoria y cooperación en temas energéticos:
- Sembrando Vida
- Jóvenes Construyendo el Futuro
- Cooperación en petróleo, gas, electricidad y energías renovables
- Plataforma de armonización regulatoria, en el marco de la Agencia de Medicamentos de América Latina y el Caribe
La crisis que crece
Mientras tanto, la crisis migratoria es uno de los obstáculos que el presidente Joe Biden enfrenta hacia la reelección en 2024, con constantes acusaciones de los republicanos e incluso de aliados de que ha fracasado en este tema.
El demócrata llegó a la Casa Blanca en 2021 con la frontera cerrada por la pandemia. Tras ser reabierta, ha lanzado distintos mecanismos dirigidos a venezolanos, haitianos, cubanos y nicaragüenses.
Asimismo, Biden pidió el viernes al Congreso estadounidense 13 mil 600 millones de dólares para reforzar la frontera con México, gestionar la migración irregular y luchar contra el fentanilo, dentro de un paquete de más de 105 mil millones de dólares para ayudar a Ucrania e Israel y contrarrestar a China.
“Hay mucha confusión, la información a veces es errónea y eso hace que fluya más la migración”, refiere Evelina Ramírez, psicóloga del albergue y testigo de cómo repunta el flujo con cada nuevo anuncio estadounidense.
Añade que al llegar al sur de México los migrantes descubren que tienen que estar en la frontera norte para conseguir esos beneficios y se lanzan clandestinamente sin esperar un permiso de México, siendo presa fácil del crimen organizado y de las mismas autoridades.
“Vemos cómo la situación migratoria cada día es peor”, apunta Ramírez al asegurar que habitualmente albergaban a un centenar de personas, pero ahora apenas una veintena.
Lo atribuye a la llegada de “cárteles de las drogas” a Chiapas, estado antaño ajeno a la violencia pero que ahora, dice, es terreno de disputas por el control de la migración clandestina.