Ayahualtempa es el nombre de un pequeño pueblo al sur de Guerrero, en el que algunos niños han dejado de lado la escuela y juegos infantiles para tomar las armas y formar parte de las filas de la policía comunitaria. A continuación te explicamos qué sucede en esa comunidad.
Con una población de unos mil habitantes, Ayahualtempa se encuentra en una zona acosada por narcotraficantes del grupo Los Ardillos, que se dedican al tráfico de goma de opio, materia principal de la heroína.
Aunque la comunidad de Ayahualtempa se dedica principalmente al cultivo de frijol y maíz, los grupos delincuenciales buscan llevar hasta ese pequeño poblado sus actividades ilícitas, por lo que los habitantes han creado su propia policía comunitaria.
La gente de Ayahualtempa, incluidos los niños, denuncian secuestros, desapariciones y asesinatos de sus familiares, motivo por el cual muchos pequeños ya toman adiestramiento para el manejo de armas, pues, según ellos, es la única manera de defenderse, ya que, alegan, las autoridades no les brindan ayuda.
A continuación un par de testimonios:
“Los Ardillos secuestraron a mis seres queridos, y si en los caminos vas desarmado, pues te secuestran (…) Si uno va a la escuela, lo desaparecen, por eso es que los niños ya no pudieron estudiar más”.
Denunció Chayo, de 17 años, quien se enroló en la policía comunitaria a los 15.
“Nuestros papás nos dijeron que ya no hay que seguir estudiando porque nos iban a agarrar (los delincuentes). Ya entramos (a la autodefensa) y no tenemos otra salida”.
Justificó Luis, de 13 años, con una vara que le dieron para el entrenamiento, ante la mirada de sus amigos.
De acuerdo con Bernardino Sánchez, líder de una autodefensa campesina, al menos nueve lugareños han sido asesinados desde 2019, pero sus llamados no han tenido eco.
Niños desfilan encapuchados y armados
Una escena común en Ayahualtempa es cuando Bernardino Sánchez sale a las calles en una camioneta y lidera un pequeño desfile en el que un séquito de unos 30 pequeños, de entre 6 y 12 años, lanzan arengas de este tipo:
“¡Vivan las compañeras viudas! ¡Vivan los niños huérfanos! ¡Vivan los compañeros desplazados! ¡Vivan nuestros hermanos caídos!”.
Detrás de los niños caminan los adultos de la autodefensa con rifles y pistolas, en una escena ya mostrada un año atrás para llamar la atención del presidente Andrés Manuel López Obrador. Los campesinos exigen ayuda para las víctimas de la violencia, además de aulas y maestros.
“Queremos que el presidente venga y vea la comunidad”, afirmó Sánchez tras una práctica de tiro de jóvenes de 16 y 17 años, al tiempo que rechazó las críticas del mandatario cuando se conocieron las primeras imágenes de niños armados en 2020.
En ese entonces, el presidente López Obrador dijo que usar a los niños y enfilarlos a la policía comunitaria era un acto de prepotencia y de vergüenza.
Guerrero es el tercer estado más violento de México. Allí ocurrieron mil 434 de los 34 mil 552 homicidios registrados en el país en 2020 (27 por cada 100 mil habitantes).