El ángel de la guarda o ángel custodio, según las creencias católicas, es el ángel al que Dios da la misión de proteger, guardar y guiar a cada persona durante su vida en la tierra para facilitarle el ascenso al Cielo, y se celebra este 2 de octubre.
La creencia en él está muy arraigada en el catolicismo. Los ángeles custodios fueron descritos en el siglo IV o V por el teólogo y místico bizantino Pseudo Dionisio Areopagita en su obra Las jerarquías celestes (De Coelesti hierarchia).
En esa obra explicó el orden angélico en el primer tratado de angelología. Los católicos argumentan que la Sagrada escritura sustentaría en algunas ocasiones la creencia del ángel de la guarda: “Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado”.
En el Catecismo de la Iglesia católica, la existencia de los Ángeles custodios se afirma y en particular en el artículo 336.
Desde esta tierra, la vida cristiana participa, por la fe, en la sociedad bienaventurada de los ángeles y de los hombres, unidos en Dios.
En relación con la existencia del Ángel de la guarda, el Papa Francisco dijo: “Todos tenemos un ángel siempre al lado, que jamás nos deja solos, y nos ayuda a no errar el camino” y “que nos protege, nos hace oír las cosas”.
Esta es la oración del ángel de la guarda (versión para niños):
Ángel de mi guarda,
dulce compañía,
no me desampares
ni de noche ni de día.
No me dejes solo
que me perdería.
Hasta que amanezca
en los brazos
de Jesús, José y María
Amén.