¿Por qué los pandas no comen carne? El secreto está en el bambú

| 12:58 | Aldo Flores | Uno TV
pandas bambú
La dieta de los osos panda. Foto: Pexels

El panda es un oso al igual que el pardo o el polar, quienes son conocidos como depredadores, por lo que la pregunta que surge es sobre por qué no comen carne, en Unotv.com te contaremos los detalles. 

El oso originario de China tiene una flora bacteriana carnívora, pero tiene una dieta vegetal, lo que se puede reflejar en sus dientes y en las musculatura de la mandíbula. 

Los osos panda pueden pasar hasta 14 horas diarias masticando bambú, esto a pesar de que no tienen las enzimas suficientes para digerir la celulosa. 

De acuerdo con El País, la razón puede estar en el microARN de esta planta proveniente del continente asiático, que cita al estudio de la revista Frontiers in Veterinary Science, ya que las moléculas, que intervienen en los procesos de desarrollo y adaptación de plantas en el ambiente, puede ingresar al torrente sanguíneo de los animales y adaptar a respuesta de los pandas al bambú. 

Asimismo, mediante un análisis comparativo, investigadores de la Universidad Normal del Oeste de China, identificaron 57 microARN derivados del bambú en muestras de sangre de siete pandas gigantes. 

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Además descubrieron que el  bambú logra traspasar sus células sanguíneas, lo que favorece la metabolización de la dopamina. “Eso hace que el panda gigante tenga la necesidad de seguir comiendo bambú”, explicó Alejandro Cabrera, del Departamento de Conservación del Zoo Aquarium de Madrid.

Además, el estudio sugiere que estos microARN también intervienen en la regulación del olfato y el gusto, aspectos fundamentales en la conducta alimentaria de los pandas. Feng Li, investigador principal del estudio, destacó en un comunicado que los microARN adquiridos en la infancia a través de la leche materna continúan modulando la expresión genética de los pandas a lo largo de su vida, afectando no solo su dieta sino también su desarrollo, ritmos biológicos y respuestas inmunológicas.

A pesar de consumir hasta 12 kilos de hojas y tallos de bambú diariamente, los pandas solo logran digerir el 17% de este alimento. “Es un animal muy especialista en su dieta. Solo toma bambú el 99% de las veces y la investigación ofrece un hallazgo novedoso que podría explicar su comportamiento”, señaló Silvia Díaz, técnica del Programa de Especies de WWF España.

El siguiente paso para los científicos será recolectar muestras de sangre de pandas jóvenes que aún no hayan consumido bambú para comprender mejor el proceso de adaptación. Además, se espera que la investigación sobre los microARN vegetales pueda abrir nuevas posibilidades en el estudio del tratamiento y prevención de enfermedades en animales.

“El bambú logra traspasar sus células sanguíneas, lo que favorece la metabolización de la dopamina. Eso hace que el panda gigante tenga la necesidad de seguir comiendo bambú”,

explicó Alejandro Cabrera, del Departamento de Conservación del Zoo Aquarium de Madrid.

Además, el estudio sugiere que estos microARN también intervienen en la regulación del olfato y el gusto, aspectos fundamentales en la conducta alimentaria de los pandas.

Feng Li, investigador principal del estudio, destacó en un comunicado que los microARN adquiridos en la infancia a través de la leche materna continúan modulando la expresión genética de los pandas a lo largo de su vida, afectando no solo su dieta sino también su desarrollo, ritmos biológicos y respuestas inmunológicas.

A pesar de consumir hasta 12 kilos de hojas y tallos de bambú diariamente, los pandas solo logran digerir el 17% de este alimento. “Es un animal muy especialista en su dieta. Solo toma bambú el 99% de las veces y la investigación ofrece un hallazgo novedoso que podría explicar su comportamiento”, señaló Silvia Díaz, técnica del Programa de Especies de WWF España.

El siguiente paso para los científicos será recolectar muestras de sangre de pandas jóvenes que aún no hayan consumido bambú para comprender mejor el proceso de adaptación. Además, se espera que la investigación sobre los microARN vegetales pueda abrir nuevas posibilidades en el estudio del tratamiento y prevención de enfermedades en animales.

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