Salmy, el perro rescatado que lucha contra la contaminación recolectando aceite usado en la UNAM
¿Sabes cómo desechar el aceite usado? A muchos nos encantan las recetas que requieren de fritura profunda, pues de dan un “crunch” especial a nuestros platillos favoritos; sin embargo, los restos de grasa que quedan al final tienen que ser tratados de forma especial.
Salmy, un perro rescatado, le enseña a la comunidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) cómo hacerlo y, en Unotv.com tenemos para ti los pormenores.
¿Cómo desechar aceite usado?
Así que, si tienes aceite usado, déjalo enfriar para luego pasarlo por un colador para retirarle restos de comida; envásalo y ciérralo herméticamente.
Rotúlalo y llévaselo al perrito Salmy, un perro rescatado que ayuda a Juana Villada Martínez, química en alimentos egresada de la UNAM y fundadora de Grupo Vima Incluyente A. C.
Este peludo, en compañía de la líder del proyecto, y de algunas alumnas de la Facultad de Química en Ciudad Universitaria, recorre el plantel en busca de estudiantes, académicos y comerciantes que les proporcionen este desecho, el cual lo estudian y lo tratan para transformar en nuevos productos como jabones o biodisel.
Si no vives en la CDMX, la máxima casa de estudios te queda muy lejos o no tienes tiempo de llevar esta grasa hasta el campus, busca algún centro de acopio en tu comunidad para que lo puedas dejar; ahí le darán un reúso sustentable.
¿Por qué el aceite usado necesita ser desechado de esta manera?
De acuerdo con un estudio español, realizado en 2015 por el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia, y recuperado en 2023 por la Sedema, un litro de esta grasa contiene cinco mil veces más carga contaminante que el líquido residual que circula en redes de saneamiento y alcantarillas.
- Además de que puede contaminar 40 mil litros de agua, cantidad que equivale al consumo hídrico de una persona, en su domicilio, al año.
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“Como se usa en grandes cantidades, este problema se agudiza debido a que los usuarios ignoran en qué punto el aceite es inutilizable o cómo eliminarlo para no afectar a los cuerpos de agua” Amelia Farrés González Sarabia, profesora de la UNAM
La Secretaría de Medio Ambiente (Sedema), del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), publicó en junio de 2018, en la Gaceta Oficial, la norma ambiental que establece las condiciones y especificaciones técnicas para el manejo integral de las grasas y aceite de origen animal o vegetal residuales.
¡No lo eches a la coladera!
La Secretaría de Gobierno federal ha advertido que tirar aceite a las coladeras y drenaje provoca obstrucción en tuberías y daño a la infraestructura urbana.
Ante esta suma de inconvenientes, la fundadora de Grupo Vima Incluyente, se acercó a la Facultad de Química de la máxima casa de estudios para expresar su preocupación por el uso y desecho del aceite de cocina.
La inquietud de Villada surgió hace 15 años, cuando colaboraba en el programa Distintivo H (reconocimiento otorgado por las secretarías de Turismo y Salud a establecimientos por cumplir estándares de higiene y disminuir la incidencia de enfermedades transmitidas por los alimentos).
“Ahí me percaté de que, mientras muchos trabajan bien, otros reutilizan demasiado el aceite, y me pregunté, ¿cómo se deshacen de él?” Juana Villada Martínez
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De 2013 a 2018, la química en alimentos empezó a visitar diversos comercios para documentar qué hacía la gente con este tipo de desechos e integrar un análisis estadístico de comercios establecidos y ambulantes en las alcaldías:
- Cuauhtémoc
- Gustavo A. Madero (GAM)
- Azcapotzalco
- Miguel Hidalgo
- Iztapalapa
- Coyoacán
- Tlalpan
- Venustiano Carranza
“Lo que observé es que hay quienes lo reciclan hasta por seis meses, a pesar de que este ingrediente no tiene una vida útil tan larga (…) Tras freír, lo vuelven a colectar y lo vacían en botes y bidones para usarlo de nuevo; incluso hay comerciantes que preparan sus papas un día y no repiten este proceso sino hasta siete días después, ¿cómo lo almacenan? También llegué a ver que lo vertían directo a las alcantarillas” Juana Villada Martínez
En busca de alternativas
A raíz de sus investigaciones, la química intenta resolver la problemática explorando diversas alternativas para evaluar la toxicidad real de esos compuestos y ver qué alternativas de salida tendrían esos residuos en el mundo.
Como parte del Departamento de Alimentos y Biotecnología de la Facultad de Química de la UNAM, González Sarabia recordó que hace tiempo se diseñaron procesos para generar biodiésel con este tipo de grasa, pero ha sido difícil implementarlos debido a oscilaciones en precios y disponibilidad de los residuos.
- Por ello, buscaron una alternativa económica y decidieron crear jabones.
“La asociación Vima instrumentó una serie de procesos que satisfacen necesidades sociales, y por eso nuestros alumnos colaboran con ella realizando artesanías con el jabón producido” González Sarabia
UNAM pone manos a la obra
Desde febrero de 2024, Juana Villada tiene asignado un espacio en la Facultad de Química para transformar el aceite usado, tarea que no ha sido fácil, pues hay que caracterizarlo para su tratamiento y transformación, ya que los óleos de canola, maíz o soya se comportan diferente.
Dicha tarea es realizada con el apoyo de Juan Carlos Ramírez Orejel, técnico académico del Departamento de Nutrición Animal y Bioquímica de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.
En ese lugar se realizan los estudios fisicoquímicos para conocer sus características como:
- Indices de peróxido
- Acidez
- Saponificación
- Densidad
“Con estos análisis nos damos cuenta, además, de si un aceite ha sido sometido a varios procesos de fritura y calentamiento y, por tanto, podemos establecer si está en buenas o malas condiciones” Juan Carlos
Tras determinar en qué nivel de degradación se halla, los resultados son enviados a la Facultad de Química para iniciar su procesamiento y transformación en jabón, el cual ha mostrado tener un muy alto poder de limpieza.
A decir de Ramírez Orejel, el aceite no debería ser reutilizado, pues los compuestos que genera cada que es sometido al calor del fuego, son tóxicos tanto para los humanos como para los animales.
Salmy, un perro con “experiencia” en la materia
Para darle una salida sustentable a los residuos de este tipo, la primera tarea de Juana Villada ha sido la recolección y, para tal misión, cuenta con el apoyo de cinco alumnas de la licenciatura en Química en Alimentos que realizan su servicio social con ella.
Desde febrero de 2024, todos los viernes se dan cita en la explanada de la Facultad de Química, junto a la escultura del búho, para acopiar el aceite entre su comunidad.
- También lo recolectan de la cafetería de la facultad y de puestos cercanos a CU.
Desde que iniciaron su campaña, han evitado que al menos 500 litros de aceite lleguen al drenaje. En esta misión los acompaña Salmy, un perrito rescatado que va con ellas por el campus universitario encima de un carrito de arrastre verde diseñado, construido (con elementos reciclados) y donado por el diseñador industrial Hermógenes Gustavo Rojas Coca, quien además es profesor en la Facultad de Ingeniería.
Sobre este vehículo, el peludo se mantiene quieto por horas mientras Juana y las jóvenes visitan decenas de locales para recolectar aceite y hablar con los comerciantes sobre su manejo correcto.
Con estas actividades las alumnas han logrado desarrollar su capacidad creativa, pero quieren más:
“Nuestra idea es que el acopio sea permanente y que, en un futuro no muy lejano, contemos con las instalaciones de seguridad requeridas para la colecta, fabricación y transformación de aceite en jabones a mayor escala”, aseguró la profesora Amelia Farrés
Villada Martínez dice que hay muchas evidencias del daño que provoca el aceite a las personas y al ambiente, así que quieren proponer una política pública sobre su uso:
“Muchas personas lo manejan mal y no porque quieran, sino porque no saben”