Perros callejeros de Turquía son llevados al extranjero para librarlos de la nueva ley; podrían ser sacrificados
Perros callejeros de Turquía ahora viven en los Países Bajos, disfrutando de una vida amorosa después de años en un refugio en la ciudad de Estambul; en contraste, otros canes se enfrentan a ser atrapados bajo una nueva ley para acabar con los animales sin hogar.
- ¿Quieres saber cómo es que el Gobierno busca combatir esta problemática? En Unotv.com te vamos a explicar.
¿Por qué están migrando los perros callejeros de Turquía?
El pasado mes de julio, el parlamento de aquel país aprobó una ley que ordena la confiscación de cuatro millones de mascotas abandonadas, aproximadamente; esto a pesar de las protestas de los animalistas y la oposición, que temen que esto lleve a que muchos sean sacrificados.
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La legislación, motivada por las preocupaciones de que los ataques de perros, accidentes de tráfico y la propagación de la rabia se eleven, tiene como objetivo colocar a todos los perros callejeros de Turquía en refugios municipales para 2028.
- Dice que cualquier can que muestre un comportamiento agresivo o con una enfermedad intratable será sacrificado.
Así es como salen los perros callejeros de Turquía
La activista por los derechos de los animales Nilgul Sayar, que dirige un refugio de mascotas cerca de Estambul, ha enviado cientos de perros al extranjero para su adopción, pero dice que la demanda ha aumentado desde que se aprobó la ley.
“Tenemos entre 20 y 25 canes listos para volar (…) La gente sigue contactándonos para adoptar, así que espero que pronto podamos enviar más animales; todos ellos tendrán buenos hogares” Nilgul Sayar
Trámites y gastos, principales obstáculos para “importar” lomitos
Preparar un animal de compañía para viajar a la Unión Europea con la documentación y las vacunas necesarias puede llevar entre 3 o 4 meses, y tiene un costo de alrededor de mil euros (mil 107 dólares).
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- Como ejemplo de la magnitud del desafío, los refugios turcos tienen capacidad para 100 mil peludos y poco espacio para más.
Sayar dijo que a menudo lleva años encontrar hogares para los canes grandes, viejos y discapacitados, que son la mayoría de los que viven bajo la tutela de rescatistas. Las ciudades están preparadas para construir más refugios para cumplir con la ley.
Lo que pasa en el parlamento no refleja lo que se ve en calles y empresas
Miles de turcos han protestado contra la ley en las últimas semanas. En las calles se pueden ver mascotas callejeras que son queridos por mucha gente, que los cuida, les proporciona comida y agua y les construye refugios.
- A veces, los de tallas más grandes duermen en las puertas de las tiendas, mientras la gente los rodea con cuidado.
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En respuesta a la nueva ley, algunas empresas están adoptando perros callejeros para sus oficinas; incluso, un hotel en la costa construyó un refugio para presentarlos a los turistas. Además, algunos veterinarios están ofreciendo vacunas gratuitas para quienes adopten animales de las calles.
¿Qué pasaba antes de tomar una medida tan drástica?
Antes de tomas medidas tan drásticas, las autoridades gubernamentales solían atrapar y castrar a los lomitos para luego devolverlos a las calles, por lo que mucha gente se pregunta qué los llevó a radicalizar los métodos de control animal.
- Según los críticos de la nueva ley, el número de callejeros habría estado bajo control si esta política se hubiera aplicado correctamente.
La historia de dos perros turcos de la calle
Deezi, de 9 años, y cuyo nombre era Sayko antes de que su nueva dueña se lo cambiara, vivió en el refugio de Sayar durante cuatro años, mismo albergue en el cual salió Dalí, un lomito que perdió una de sus extremidades al sufrir un atropellamiento durante su indigencia.
- Los cuidadores decidieron bautizar al segundo con el nombre de uno de los pintores españoles más famosos de todos los tiempos, inspirándose en su cuadro de la silla de tres patas.
Actualmente, Dalí se encuentra en un hogar de acogida en Países Bajos a la espera de ser adoptado, mientras que Deezi se está adaptando a su nuevo hogar en Haarlem. “Está relajada y feliz”, dijo su nueva dueña, Caroline Dieleman.
“Yo estaba de luto por la muerte de una de mis mascotas, la cual falleció el pasado mes de junio, cuando me enteré de la nueva ley turca y decidí rescatar a Deezi (…) Esta medida me hace sentir impotente, por lo que decidí hacer algo, aunque fuera una acción pequeña. Deezi es solo una de las afectadas, pero salvar un animal es mejor que no sacar del país a ninguno” Caroline Dieleman
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