Ve sacando un pañuelo y prepara las de cocodrilo. En España, se contó la historia de un perro que vuelve a casa para luego morir. Sí, así como lo estás leyendo, y aquí en UnoTV.com te contamos parte de los destalles que se dieron a conocer.
¿Perro vuelve a casa para luego morir?
Resulta que el relato se dio a conocer durante una entrevista radiofónica en España, donde una persona relató que su perro vuelve a casa para luego morir, esto en Sevilla. Un trago bastante complicado de asimilar.
Resulta que todo comenzó cuando su lomito Trotsky decidió emprender la huida, luego de que Juan, el dueño del animalito, decidió explotar unos petardos, sin tomar en cuenta lo que sucedería, ya que el terror invadió al can y le generó correr rápidamente sin rumbo.
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Juan hizo todo lo posible por encontrar a Trotsky, pero todos sus esfuerzos fueron insuficientes, ya que el peludito no aparecía por ninguna parte. Hasta que de pronto, luego de varios meses, la historia del perro que vuelve a casa para luego morir, finalmente tiene su desenlace, pues la esposa de Juan de pronto le dijo: “¿a que no sabes quién está aquí abajo?”.
El final inesperado
Así hombre y perrito se reencontraron, Juan lo bañó, le dio de comer y jugaron durante mucho tiempo, este hombre pensó que al otro día llevaría a su lomito al veterinario para que checara su estado de salud, tras el largo periodo de ausencia; sin embargo, la convivencia entre ellos sólo fue por esas horas, ya que al otro día Trotsky falleció.
A Juan le quedó una enseñanza muy triste, pues sabe que debido a sus explosiones, su perrito huyó y algo en el tiempo de su huida, afectó su salud y prácticamente volvió con su dueño a pasar los últimos momentos de su vida. Entre lágrimas sólo dijo “Vino a casa a morirse y a perdonarme”.
El relato completo se contó en el programa radiofónico Hoy Por Hoy, de la Cadena SER, en España:
¿Cómo afecta la pirotecnia a las mascotas?
La pirotecnia es la pesadilla de las mascotas, pues las principales afectaciones de los fuegos artificiales que generan para ellas están relacionadas con el sentido auditivo. Múltiples estudios constatan que, con el paso del tiempo, el oído de muchos animales es considerablemente más sensible que el de los seres humanos, por lo que el estruendo de las explosiones de los cohetes no sólo les resultan perturbadores, sino que también pueden dañar gravemente su capacidad auditiva.