En Unotv.com te contamos sobre un grupo de personas que aúllan y ladran en Berlín ya que se identifican como perros, esto es lo que hay detrás de esta manifestación.
Las imágenes de protesta en Berlín están dando de qué hablar alrededor del mundo al mostrar un grupo de personas que se identifican como perros y reclaman su derecho a ser reconocidos como dichos animales.
Personas aúllan y ladran en calles de Berlín
Parece que ya se ha visto todo en el mundo, sin embargo siempre surgen nuevos movimientos o causas que pueden sorprender a más de uno, este es el caso de una manifestación que fue convocada en la estación de tren Potsdamer Platz en Berlín en la que un grupo de humanos se comunicaban con aullidos y ladridos.
Este tipo de casos se les denomina como transespecies, quienes estaban supuestamente pidiendo que se les reconociera que son perros, los asistentes a la manifestación posaron para la foto mientras aullaban, ladraban y usaban unas tipo máscaras que simulaban ser el hocico de un perro.
[Pareja recorrió Reino Unido con sus dos gatos enfermos para darles los mejores últimos días de sus vidas]
La verdad detrás de la manifestación de Berlín
Pero de acuerdo con algunos medios esta manifestación era en realidad una concentración fetichista referente al festival BDSM: el Folsom Europe, un evento enfocado en las prácticas eróticas y la subcultura del cuero, la cual se lleva organizando en Berlín desde el 2003.
Las imágenes fueron registradas el pasado 8 de septiembre, coincidiendo con las fechas del aniversario del festival, es por eso que la mayoría de las personas lleva máscaras canicas y algunos ropa de cuero o con el torso descubierto.
El puppy play es una práctica que se deriva del pet play y que en esta ocasión logró reunir a 400 personas. Este es un juego en el que los usuarios adoptan un rol animal no humano con connotaciones sexuales.
Toco, el hombre que se transformó en perro
Uno de los casos más conocidos y extremos de esta tendencia es el de Toco, el hombre que se “convirtió” en perro de raza collie que ha llegado al grado de usar un disfraz hiperrealista de este animal.
El hombre invirtió cerca de 220 mil 300 pesos mexicanos en su transformación, y cuenta que desde niño tenía ganas de un cambio, por lo que ahora está feliz.
Toco se dedica a documentar su día a día viviendo como perro, incluso recientemente se ha comprado una jaula para poder dormir y llevar la experiencia de ser un lomito al extremo.
El hombre no ha mostrado su rostro y se mantiene en privacidad, pero cada que sale a la calle la gente lo aborda pidiéndole fotos, mientras otros lo acarician.
