¡No solo curan el cuerpo y el corazón! Los gatos son buenos para la salud cerebral
¿Sabías que los gatos son buenos para la salud del cerebro? Los felinos han sido compañeros leales de la humanidad durante siglos, y más allá de su encanto y compañía, la ciencia ha demostrado que tener un michi en casa puede tener un impacto positivo en nuestra mente y cerebro.
- ¿Quieres saber cómo lo hacen? En Unotv.com exploraremos los beneficios que estos peludos aportan a nuestra vida.
¿Por qué los gatos son buenos para la salud del cerebro?
De acuerdo con expertos, los gatos son buenos para la salud del cerebro debido a la convivencia, pues acariciar a uno de estos ejemplares estimula la liberación de oxitocina, una hormona asociada con la felicidad y la relajación.
- Esta hormona ayuda a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés, promoviendo así una sensación de calma y bienestar.
Además, interactuar con un felino puede aumentar los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores relacionados con la felicidad y la satisfacción; estos efectos positivos en el estado de ánimo pueden ayudar a combatir la depresión y la ansiedad.
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Cuidar de un michi fomenta el desarrollo de la empatía y la compasión. Al comprender las necesidades y emociones de nuestra mascota, desarrollamos habilidades sociales y emocionales importantes.
La presencia de un gato puede disminuir los sentimientos de aislamiento, especialmente en personas que viven solas. Esta sensación de compañía puede contribuir a una mayor autoestima y bienestar emocional.
Por si fuera poco, algunos estudios sugieren que la interacción con mascotas, incluidos los gatos, puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión y los ataques cardíacos.
La ciencia detrás de estos beneficios
¿Cómo es que los gatos son buenos para la salud del cerebro? La respuesta se encuentra en la conexión especial que se establece entre humanos y animales. El vínculo afectivo que desarrollamos con nuestros michis activa circuitos neuronales asociados con la recompensa y el placer, lo que contribuye a una sensación de bienestar.
Además, la observación de los movimientos suaves y elegantes de un felino puede tener un efecto calmante en nuestro sistema nervioso, reduciendo la actividad en las áreas cerebrales asociadas con la ansiedad.