¿Qué piensas cuando escuchas que describen a una mujer como “la señora de los gatos”? En el imaginario colectivo está la imagen de una persona de edad avanzada, desaliñada, que no tiene hijos, no está casada, carece de razón y tiene muchas mascotas.
- ¿Sabes de dónde proviene este término que en nuestros tiempos se usa como una supuesta ofensa? En Unotv.com te vamos a platicar lo que sabemos al respecto.
Origen de “la señora de los gatos”
La primera referencia histórica que tenemos de la relación entre felinos y la figura femenina proviene de la antigua cultura egipcia, donde representaban a la diosa Bastet con cuerpo de mujer y cabeza de michi.
- Dicha deidad era considerada la protectora del hogar, la fertilidad y el parto.
Los peludos, por su agilidad y capacidad para cazar roedores, eran vistos como protectores naturales y se asociaban con la buena suerte. Al igual que ellos, que pueden ser tanto tiernos como feroces, Bastet era una diosa compleja.
- Ambas figuras podían representar tanto la alegría y la protección, como la fuerza y la venganza.
Entre el siglo XII y el XVIII, la sociedad europea también ligó fuertemente a las mujeres con los felinos, sobre todo en la época que la inquisición, donde se creía que eran seres malvados, poseídos por fuerzas satánicas y que siempre acompañaban a las “brujas”.
Hoy en día sabemos que muchas de las llamadas “hechiceras” solo eran personas solitarias, que gustaban de tener animales como mascotas y que poseían conocimientos de alquimia.
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De acuerdo con un artículo escrito por Linda Rodríguez McRobbie en el Boston Globe, el estereotipo de “solterona” surgió en el siglo XVIII, cuando se decía que las mujeres que no podían casarse se convertían en “dependientes en los hogares de sus familias”.
La literatura reforzó esta idea por medio de obras como “Grandes esperanzas”, de Charles Dickens, donde el personaje de la señorita Havisham enloquece al ser abandonada antes de casarse, por lo que nunca se quita el vestido de novia.
- Jane Austen, en “Emma”, habla de la señorita Bates como una mujer soltera de edad avanzada, amable, ingenua, fea, pobre y algo entrometida.
A finales del siglo XIX, los medios de comunicación también abordaban el tema, como es el caso de la revista Potter’s American Monthly, donde el escritor Hart Ayrault dijo que las mujeres que no se casaban eran unas fracasadas por no cumplir con el único objetivo que tenían en la vida.
Fue ahí que se asoció que las mujeres que no tenían esposo ni hijos enfocaban todo su cariño en los animales de compañía, pues eran los únicos que podían estar con ellos sin elección.
Las sufragistas y los michis
A principios del siglo XX nació un movimiento social, compuesto principalmente por mujeres que lucharon por el derecho al voto femenino; este se extendió por varios países como Estados Unidos, Reino Unido y otros países de Europa.
Lo llamaron el movimiento sufragista, y quienes estaban en contra de él crearon propaganda donde decían que era igual de absurdo dejar que un gato y una mujer fueran capaces de participar en las elecciones.
Ya para finales de la de los años 1980, series de televisión populares como “Los Simpson” incluyeron a “la señora de los gatos” entre sus personajes, por lo que el término se globalizó y comenzó a usarse como una forma de ofender.
No olvidemos que el senador estadounidense, y contendiente a la vicepresidencia, J.D. Vance, usó este recurso para referirse a Kamala Harris, por lo que famosas personalidades como la actriz Jennifer Aniston han salido en defensa de la candidata a la presidencia.
Otras estrellas norteamericanas como Taylor Swift han ido transformando, poco a poco,el sentido del término “la señora de los gatos”, pues demuestran que pueden tener fama, fortuna, parejas sentimentales, éxito y mascotas.