En Unotv.com te contaremos sobre los riesgos de humanizar a las mascotas, de acuerdo con un estudio, checa todos los detalles.
Los animales son cada vez más importantes en la vida de las personas y van pasando de ser mascotas a ser considerados parte de la familia como hijos o hermanos.
Es verdad que la humanización de las mascotas en una realidad con distintas acciones que parecen inofensivas como vestirlos con ropa, cargarlos todo el tiempo, pasearlos en carreola, hay otras acciones que estarían poniendo algunos riesgos en el mapa.
De acuerdo con investigadores de diversas universidades que publicaron un estudio en 2021 sobre los efectos de la antropomorfización en las mascotas, haciendo énfasis en las consecuencias adversas que esto trae a su salud física y mental.
El estudio señala que cuando los humanos antropomorfizan a los animales se les atribuyen sus propios rasgos, emociones o intenciones.
Hay algunos ejemplos de las situaciones, tal es el caso cuando un perro ladre o un gato maúlla, puede significar muchas cosas, pero como no se les puede preguntar, se pasa a interpretar sus intenciones en función del contexto.
Uno de los ejemplos es que si lo hace en la cocina es probable que pensemos que tiene hambre, pero esto es un sesgo humano ya que, para un animal, el lugar de comer no necesariamente es la cocina.
La conexión es comprensible ya que ciertos comportamientos activan mecanismos mentales en nuestra empatía y motivan reacciones de cuidado; con cada una de las mascotas más populares, los gatos maúllan a una frecuencia que imita el llanto de bebés y los perros mueven los músculos de las cejas para tener una expresión triste.
La humanización de las mascotas hace que los humanos se sientan cercanos a ellas ya que facilita la necesidad de percibirlos como “personas de otra especie”, esto desde el punto de vista psicológico.
En especial cuando se convive y comparte actividades cotidianas con ellos ya que los humanos son más conscientes de los rasgos individuales de personalidad que definen y diferencian a cada individuo del resto de la especie.
En el estudio se señala que esta antropomorfización se nota cuando nuestras mascotas llenan un vacío emocional de sus cuidadores al ocupar un rol que no han tenido o que han perdido.
Es por eso que las personas sin hijos o hermanos con los que ya no viven, son más propensas a tratar a sus mascotas como si fueran ese hijo o hermano que no han tenido, y quienes viven solos realizan con ellos muchas más actividades típicamente humanas, como mirar la televisión.
Ahora este fenómeno va más allá de hacerles fiestas ya que con las redes sociales proliferan las cuentas de mascotas en plataformas distintas y en ellas se suele humanizar agregándoles voz o una narrativa propia de los humanos.
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Riesgos de humanizar a las mascotas
De acuerdo con el estudio, cuando la percepción de las cosas hace que perdamos de vista la de la mascota, es decir en una fiesta para perros no debería ser humanizada ya que no son conscientes de lo que representa.
Lo que se debe hacer es celebrar de manera distinta que la de los humanos, puedes llevarlo a dar un paseo, darle comida especial o comprar un juguete nuevo, algo más significativo para el que una fiesta a lo grande.
Humanizar de más al animal le puede hacer daño ya que permitir ciertas conductas puede provocarles problemas de salud física y mental.
El consumo de excesiva comida de humanos le puede traer riesgos al animal, pero deberás darles solo lo recomendado por expertos y en algunos casos variantes que no lo pongan en riesgo.
Otro riesgo es sobre el uso incorrecto de de ropa y accesorios para animales, estos son útiles usados correctamente: por ejemplo, los abrigos en climas fríos y las botas, que pueden protegerles las patas de las bajas temperaturas en invierno.
Pero se debe limitar su uso a los momentos en que realmente los necesiten, ya que de otro modo pueden causarles un sobrecalentamiento: los perros no sudan y ciertos tejidos les impiden disipar el calor corporal correctamente.
Mientras que los problemas psicológicos, el más común es la ansiedad por separación, frecuentemente causada por ambientes sobreprotectores. Esto puede provocar comportamientos destructivos en las mascotas debido al estrés, e incluso empeorar si se les regaña.
