Estudio revela en que parte de nuestro cerebro vive el amor por las mascotas

| 12:06 | Lillían Reyes | Uno TV
¿En qué parte del cerebro vive el amor por nuestras mascotas?
Podría ser evidencia evolutiva. Foto: Getty Images

¿Sabes en qué parte del cerebro vive el amor por nuestras mascotas? La Universidad de Aalto, en Finlandia, quiso conocer el significado que tenía dicho sentimiento para nuestra materia gris, por lo que decidió realizar un estudio al respecto.

De acuerdo con los resultados publicados, el afecto que le tenemos a las personas y animales (dependiendo de nuestra relación con ellas) activan diferentes partes de la corteza cerebral.

  • ¿Quieres saber en qué parte de nuestra cabeza “viven” nuestros peludos? En Unotv.com te lo vamos a explicar.

¿En qué parte del cerebro vive el amor por nuestras mascotas?

¿En qué parte del cerebro vive el amor por nuestras mascotas?
Foto: Getty Images

Las áreas de la llamada materia gris asociadas con el cariño entre personas también se activan cuando pensamos en nuestros animales de compañía, aunque con menor intensidad, según el papel que dicho ser tenga en nuestra vida.

Las áreas cerebrales asociadas con la cognición social se iluminan cuando pensamos en nuestros michis o nuestros canes; se trata de áreas responsables de procesar información social como:

  1. Reconocer rostros
  2. Entender las emociones de los demás
  3. Formar vínculos sociales

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Esto sugiere que el lazo es más profundo de lo que pensamos, pues el amor por nuestras mascotas no es simplemente un cariño superficial. Es un sentimiento complejo que involucra las mismas áreas cerebrales que utilizamos para conectar con otros seres humanos.

Son miembros de la familia, según nuestra cabeza

¿En qué parte del cerebro vive el amor por nuestras mascotas?
Foto: Getty Images

Al menos a nivel neuronal, tratamos a los peludos como parte de nuestra familia; esto explica por qué muchos tutores hablan de estas criaturas como sus “perrijos” o “gatijos” y experimentan un gran dolor cuando las pierden.

De acuerdo las conclusiones de estos análisis, la capacidad de formar vínculos afectivos con otras especies podría ser una adaptación evolutiva que nos ha permitido sobrevivir y prosperar como especie.

¿Por qué se activa el mismo circuito neuronal?

Foto: Shutterstock

Aunque la investigación aún está en curso, se cree que la razón por la que se activan las mismas áreas cuando nos referimos al afecto hacia las personas o hacia los animales es porque tanto las relaciones humanas como las relaciones con los peludos implican vínculos emocionales fuertes.

Sentimos alegría, tristeza y preocupación por nuestros seres queridos y por los perros, gatos, caballos u otros seres vivos; es por lo que cuidamos de ellos y los protegemos del peligro, de la misma manera que cuidamos de nuestros hijos o de nuestros amigos.

  • Otra de las razones es que las especies domésticas nos brindan compañía, afecto y apoyo emocional, lo que fortalece nuestro vínculo con ellas.

¿Por qué amas más a tu perro que a las personas?

  • Los peludos, a menudo brindan una compañía y amor incondicional
  • No juzgan, no critican y están siempre ahí para sus dueños
  • Pueden ser una fuente constante de alegría y felicidad

Esto puede generar un sentimiento de seguridad y confort emocional, especialmente si se han experimentado dificultades o relaciones conflictivas con otros seres humanos en el pasado.

Su presencia puede aliviar el estrés y la soledad, y muchos estudios (como la Evaluación Psicométrica de la Escala de Apego a Mascotas de Lexington) han demostrado que tener una mascota puede tener beneficios para la salud mental y emocional.

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  • El cuidado y la responsabilidad que implica tener un animal de compañía también puede crear un vínculo más profundo entre el dueño y el peludito.

Ojo: es importante tener en cuenta que, aunque tú amas más a tu perro que a las personas, esto no es aplicable para todos los seres humanos que tienen animales de compañía en sus casas. Las relaciones son complejas y variadas, y cada individuo tiene diferentes experiencias y prioridades.

Algunas personas pueden tener relaciones humanas significativas que son más relevantes para ellas, por lo que las circunstancias dependen de las experiencias y preferencias individuales.

  • ¿Y tú, sabías en qué parte del cerebro vive el amor por nuestras mascotas?