Ciudadanos desalojados de sus hogares, un aeropuerto que no funciona y el turismo inexistente, son algunos de los saldos más relevantes que ha dejado la erupción del volcán Cumbre Vieja, en el archipiélago de La Palma de Canarias, España, a un mes de iniciada su actividad.
Ángel Víctor Torres, presidente del Gobierno de Canarias, dijo que no hay señales de que el fin de la erupción del volcán Cumbre Vieja sea inminente, “aunque este es el mayor deseo de todos”; un mes después de que las autoridades se pusieran en alerta, el caos continúa.
Un mes sin tregua
- Este domingo hubo 42 movimientos sísmicos en la isla
- El mayor, de magnitud 4.3, según el Instituto Geográfico Nacional de España
Corrientes de lava han arrasado más de 742 hectáreas de tierra y destruido casi dos mil edificios en La Palma desde que el Cumbre Vieja hizo erupción el 19 de septiembre. Cerca de siete mil personas dejaron sus hogares en el archipiélago de las Islas Canarias, frente al noroeste de África.
María José Blanco, vocera del Plan de emergencia volcánica de Canarias (Pevolca), explicó que el nivel de dióxido de azufre (SO2) que expulsa el volcán Cumbre Vieja “no nos hace ver que el final de la erupción estuviera en un plazo ni corto ni medio”, tras un mes de intensa actividad.
Una Cumbre Vieja muy activa
- El fenómeno no ha dejado víctimas mortales
- Pero ha cubierto hectáreas de flora, fauna y asentamientos humanos
Los aviones no volaron este domingo de y hacia la isla canaria La Palma, por las cenizas expulsadas por el volcán Cumbre Vieja. Aerolíneas cancelaron 38 vuelos programados, muchos de ellos desde otras islas del archipiélago atlántico frente a Marruecos, indicó el aeropuerto local.