Cuando la madre de Vitória Bueno la dejó por primera vez en la clase de ballet, le preocupaba que su hija de cinco años encajara: nacida sin brazos, el sueño de Vitória Bueno de ser bailarina parecía dolorosamente irreal, especialmente en un pequeño pueblo en una zona rural de Brasil, donde su discapacidad la convertía en una curiosidad social.
“La gente hacía cola fuera de la casa para ver” a Vitória Bueno, dijo su madre Wanda, de 39 años, todavía herida al recordar la insensibilidad. “Le levantaban las mangas para mirar”. Pero Vitória Bueno, ahora de 16 años, se centró en sus montajes, piruetas y otros desafíos técnicos. También tomó clases de jazz y tap en Brasil, lo que la ha impulsado en su actividad favorita: bailar.
Vitória Bueno en Brasil
Ahora, en la academia de ballet en su ciudad natal en el estado de Minas Gerais, Brasil, el talento de Vitória Bueno la ha convertido en una estrella de las redes sociales y una inspiración para muchos: “Para mí, los brazos son solo un detalle”, dijo Vitória Bueno en el teatro donde actúa. “Lo sigo con los ojos, como si estuvieran allí”.
Viéndola deslizarse por el escenario de madera, sincronizada con sus compañeros en un destello de verde y blanco, es fácil olvidar que Vitória Bueno, de Brasil, baila sin brazos. Esta joven artista se inició en el ballet por consejo de su fisioterapeuta, quien notó que Vitória Bueno estaba interesada en actividades que implicarán alto movimiento corporal.
Más que hacer realidad un sueño, la fuerza y la flexibilidad obtenidas a través de la danza han demostrado ser cruciales para Vitória Bueno, de Brasil, quien hace de todo, desde cepillarse los dientes hasta recoger artículos del estante del supermercado con los pies: “Hay cosas que ella puede hacer con sus pies que yo no puedo hacer con mis manos”, dijo su padrastro, José Carlos Perreira.
“Somos más que nuestras discapacidades, así que tenemos que perseguir nuestros sueños”.
Vitória Bueno, de Brasil.