Rusia anunció este martes que algunas de las unidades militares desplegadas cerca de la frontera ucraniana, cuya presencia hacía temer una operación militar inminente en el país vecino, comenzaron a volver a sus cuarteles.
“Las unidades de los distritos militares Sur y Oeste, que ya han concluido sus tareas, comenzaron a cargar en medios de transporte, (y) empezarán a regresar a sus cuarteles hoy (martes)”
Anunció el portavoz del ministerio, Igor Konashenkov, citado por agencias de prensa rusas
- El anuncio, la primera señal de distensión por parte de Moscú, fue vago y no se sabe a cuántos soldados afecta. Rusia había desplegado más de 100 mil militares en la frontera con Ucrania desde diciembre
- Paralelamente, Rusia sigue realizando maniobras militares en Bielorrusia, vecino de Ucrania, que durarán hasta el 20 de febrero
La retirada de algunas tropas fue recibida con entusiasmo en Ucrania, cuyo ministro de Relaciones Exteriores, Dmytro Kuleba, aseguró que su país, junto a sus aliados occidentales había “logrado impedir una nueva escalada rusa”.
El anuncio ruso coincide además con la llegada a Moscú del canciller alemán Olaf Scholz, que intenta hacer avanzar la vía diplomática e intentar alejar el fantasma de una invasión y una guerra en Europa oriental.
Este martes, la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock, exhortó a Rusia a que retire sus tropas de la frontera.
“La situación es particularmente peligrosa y puede agravarse en cualquier momento”
Alertó la ministra en un comunicado
El lunes, Rusia había dado ya una pequeña señal positiva cuando su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, aseguró que había “una posibilidad” de “resolver los problemas” por la vía diplomática.
El camino del diálogo “no se ha agotado, pero tampoco puede durar indefinidamente”, agregó Lavrov, con un tono más pausado y lejos de las declaraciones ofensivas de los últimos días. El ministro también calificó como “constructivas” algunas propuestas estadounidenses.
Desde Washington, las autoridades habían alertado de que la invasión rusa “podría ocurrir en cualquier momento”.
La embajada estadounidense en Kiev fue trasladada a Lviv, al oeste del país, el lunes, haciendo oídos sordos a los llamados del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, que pidió no dejarse llevar por el pánico.