Ucrania pidió este domingo a Rusia retirar sus tropas de la frontera y continuar el diálogo, pues consideró que los funcionarios rusos muestren seriedad cuando dicen que no quieren una nueva guerra y están dispuestos a destrabar la tensión. En ese contexto, países occidentales están preparados ante una eventual invasión a Ucrania.
El ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, precisó que Rusia debe continuar el compromiso diplomático y retirar las fuerzas militares que acumuló a lo largo de sus fronteras y en los territorios temporalmente ocupados, pues manifestó que “la diplomacia es el único camino responsable”.
Asimismo, Dmytro Kuleba agradeció a su homóloga británica Liz Truss porque Reino Unido haya demostrado con su liderazgo los esfuerzos globales para disuadir a Rusia de que no exista una mayor agresión, al tomar medidas que sancionen los intereses financieros rusos en el Reino Unido.
Rusia niega “amenaza” a Ucrania
Este domingo, Rusia también aseguró que desea tener unas relaciones basadas en el “respeto mutuo” con Estados Unidos (EU), y negó que esté amenazando a Ucrania, pese a haber concentrado tropas en la frontera; además, señaló que necesita garantías concretas para su seguridad.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, insistió en que Moscú no quiere en una posición en la que su seguridad “se vea infringida diariamente“, como ocurriría si Ucrania fuera incorporada a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), una eventualidad que Rusia ve como una amenaza.
En las últimas horas, el Ejército de Rusia ha desplegado más de 100 mil soldados y realizado diversos ejercicios militares en la región de Rostov, que es parte del distrito militar del sur de Rusia y el cual limita con Ucrania, para mostrar su poderío a través de la implementación de tanques, vehículos blindados anfibios multipropósito y armas de artillería.
Así te lo informamos:
Desde hace 30 años Ucrania se independizó de la Unión Soviética y desde entonces la tensión entre ambas naciones han permanecido vigente; sin embargo, el conflicto alcanzó su punto álgido en 2014 cuando Rusia arrebató Crimea a Ucrania en 2014. Desde entonces, Rusia ha respaldado a los separatistas que luchan contra Kiev en el este del país.