Ucrania y Rusia volvieron a acusarse mutuamente este sábado tras nuevos bombardeos en torno a la central nuclear de Zaporiyia (sur), unos ataques que provocaron un riesgo de “pulverización de sustancias radioactivas“, según el operador público ucraniano.
La central de Zaporiyia, la más grande de Europa, fue ocupada por las tropas rusas durante los primeros días de la invasión rusa de Ucrania, iniciada el 24 de febrero.
- Kiev y Moscú se acusan mutuamente de bombardear la zona aledaña al complejo nuclear, situado en la ciudad de Energodar
Este sábado, el operador de la planta, Energoatom, aseguró que tras haber sufrido “varios bombardeos en la última jornada” por parte de Rusia, “la infraestructura de la estación ha sido dañada, hay riesgo de pulverización de hidrógeno y salpicaduras de sustancias radioactivas, y el riesgo de incendio es alto“.
Hasta el mediodía, la planta “opera con el riesgo de violar los estándares de seguridad de radiación y de incendio,” declaró Energoatom en Telegram.
Por su parte, el Ministerio ruso de Defensa afirmó en un comunicado que las fuerzas ucranianas habían bombardeado el recinto de la planta en las últimas 24 horas, “un total de 17 proyectiles” y acusó a Kiev de “terrorismo nuclear”. No obstante, los niveles de radiación en la planta “permanecen normales”, agregó.
El jueves, la planta quedó totalmente desconectada de la red eléctrica ucraniana por primera vez en cuatro décadas debido a “acciones de los invasores”, según Energoatom.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, explicó que la corriente había sido cortada porque Rusia había bombardeado la última línea eléctrica activa que conectaba la planta con la red nacional.
La planta fue reconectada el viernes por la tarde, pero el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha llamado a enviar allí una misión “tan pronto como sea posible para ayudar a estabilizar la situación de seguridad y restablecer la seguridad nuclear”.
La consejera del ministro de Energía ucraniano Lana Zerkal señaló que hay una inspección del OIEA “prevista para la semana próxima”.
Pero mostró su escepticismo sobre el éxito de la misión: pese al acuerdo formal de Moscú, los rusos “están creando artificialmente todas las condiciones para que la misión no pueda visitar la central”, dijo el jueves a la radio ucraniana Radio NV.