La tormenta tropical Ana ha causado la muerte de al menos 88 personas en el sur y este de África, y las operaciones de recuperación siguen en marcha mientras otro frente amenaza con una climatología más adversa. Además, dejó a decenas de miles de personas sin hogar y grandes zonas aisladas por las inundaciones.
Ana pasó por Madagascar el 22 de enero, sumándose a días de intensas lluvias. El país declaró el estado de catástrofe el pasado jueves por la noche e informó de un aumento del número de muertos a 48, víctimas de aludes de barro, derrumbes de edificios o arrastradas por las aguas.
La tormenta Ana tocó tierra en Mozambique el 24 de enero, donde se registraron 20 muertos, antes de adentrarse en Malaui, donde provocó cortes masivos de electricidad. El jueves, el número de muertos en Malaui aumentó a 20.
En las tres naciones de África, la tormenta Ana ha afectado a cientos de miles de personas y ha provocado inundaciones y destrucción generalizadas, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Esta última tormenta (…) es un recordatorio contundente de que la crisis climática es una realidad”.
María Luisa Fornara, representante de Unicef en Mozambique
En los últimos años, esta región de África se ha visto azotada repetidas ocasiones por fuertes tormentas y ciclones que han destruido hogares, infraestructuras y cultivos y han desplazado a un gran número de personas.
Otra tormenta, denominada Batsirai, se dirige ahora hacia la costa oriental de África. Meteo France describió el viernes a Batsirai como un pequeño sistema que no representaba una amenaza inmediata para un grupo de islas al este de Madagascar, incluido el territorio francés de Reunión, porque aún faltan días para que llegue.
Sin embargo, dijo que la evolución de la intensidad y la trayectoria de Batsirai en África sigue siendo incierta. El Instituto Nacional de Meteorología de Mozambique advirtió que Batsirai aún tiene el potencial de convertirse en una tormenta tropical severa.