En Suecia, uno de los países más digitalizados del mundo, Lifvs, al igual que otras tiendas, se beneficia de una población muy conectada y han creado un supermercado autónomo que no requiere de la supervisión de un personal.
Una tras otra, las tiendas de comestibles están cerrando en las zonas rurales de Suecia, lo que obliga a los lugareños a viajar kilómetros para abastecerse. Pero un nuevo tipo de supermercados apareció: contenedores móviles sin personal, pero con cientos de productos.
¿Dónde se encuentra este supermercado sin personal?
En Veckholm, una localidad con tan solo unos cientos de habitantes, a 80 km de Estocolmo, la última tienda de comestibles cerró hace más de diez años. Y la de la única gasolinera siguió sus pasos hace año y medio.
El supermercado más cercano se hallaba a media hora en coche, hasta que en julio de 2020 llegó esta tienda automática que permanece abierta noche y día y ofrece cientos de artículos.
“La mayoría de los que vivimos aquí echábamos mucho de menos algo así”, afirma Giulia Ray, una apicultora local. “Es muy práctico tenerlo en la zona”, dijo, aprovechando su paso para abastecerla con su miel.
¿Cómo funciona este supermercado sin personal?
Los compradores entran en la tienda de 20 m², situada en medio de los campos y junto a la gasolinera, mediante una aplicación descargada en su teléfono móvil.
“Venimos tres veces por semana para comprar lo que necesitamos”, explicó Lucas Edman, un técnico de paso en la región durante algunas semanas. “Es un poco más caro, pero me conviene, es un precio que puedo pagar por no ir a otra tienda”.
En unos instantes, escanea las pizzas y el refresco en su teléfono, vinculado a su cuenta bancaria y a un sistema de identificación nacional (garantía de seguridad contra robos según la marca), bajo la mirada de una única cámara de vigilancia.
Supermercados sin personal podrían ser una realidad fuera de Suecia
En Suecia, el número de tiendas de comestibles, desde las grandes superficies hasta las pequeñas tiendas, pasó de 7 mil 169 en 1996 a 5 mil 180 en 2020, según estadísticas oficiales.
Mientras que el número de supertiendas casi se ha triplicado en 24 años, muchas tiendas rurales han cerrado, a menudo por falta de rentabilidad, como en otros lugares de Europa.
Daniel Lundh, cofundador de Lifvs, abrió en los últimos dos años casi 30 tiendas sin personal en zonas rurales de Suecia y en áreas urbanas sin tiendas.
“Para poder mantener precios bajos para el cliente, tenemos que ser capaces de controlar nuestros costes de explotación. Eso significa controlar el alquiler, por eso las tiendas son bastante pequeñas, pero también controlar los costes de personal“, explica Lundh.
Tiene previsto abrir sus primeros supermercados sin personal fuera de Suecia a principios del año que viene.
Domenica Gerlach, que gestiona la tienda de Veckholm, sólo viene una vez a la semana para recibir las entregas. También gestiona otras tres tiendas, todas en contenedores móviles.
Peter Book, alcalde de Enkoping, el municipio al que pertenece Veckholm, solo tiene cosas buenas que decir sobre las tres tiendas de este tipo que se han abierto en su zona. Y le gustaría que hubiera más.
“Es más fácil dar el paso de trasladarse aquí si sabes que tienes estas instalaciones”, dice.
Lugar de encuentro y “salvación”
En Suecia, uno de los países más digitalizados del mundo, Lifvs, al igual que sus rivales suecos AutoMat y 24Food, también en zonas rurales, se beneficia de una población muy conectada.
En 2019, el 92% de los suecos tenía un smartphone. Irónicamente, las tiendas sin personal, situadas en medio de la nada, también sirven de “lugar de encuentro” para los habitantes.
“Vienes aquí, echas gasolina y entras a comprar algo, y a lo mejor hay alguien más aquí y puedes charlar”, dice la apicultora Giulia Ray.
El alcalde Book se hizo eco de esta idea, afirmando que las tiendas permiten “conectar a la sociedad”.
La pandemia también ha demostrado su utilidad, ya que no es necesario el contacto con otras personas dentro de la tienda.
“Mi madre también vive cerca y (…) ha sido una tienda en la que ha podido entrar durante todo este tiempo” de pandemia, explica Ray refiriéndose a su madre de 75 años. “Ha sido una salvación para ella”.