El balance del sismo del 6 de febrero en Turquía y Siria superó los 41 mil muertos este jueves, según los recuentos oficiales actualizados, mientras Naciones Unidas solicitó mil millones de dólares para afrontar la creciente crisis humanitaria.
Once días después del sismo, rescatistas lograron extraer de los escombros a una adolescente de 17 años y a una mujer en sus veinte.
“Ella se veía con buena salud. Abrió y cerró sus ojos”, dijo Ali Akdogan, minero de carbón, tras participar en el rescate de Aleyna Olmez en Kahramanmaras, una ciudad cerca del epicentro del sismo.
Sin embargo, la esperanza de encontrar sobrevivientes se va desvaneciendo ampliamente.
Muchos en las zonas afectadas enfrentan una emergencia paralela conforme tratan de recoger sus pertenencias en medio del frío extremo, sin comida, agua o sanitarios, aumentando las posibilidades de que el desastre escale por cuenta de las enfermedades.
“Las necesidades son enormes, la gente está sufriendo y no hay tiempo que perder”, dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un comunicado, donde solicitó fondos para socorrer a las víctimas.
“El dinero permitiría a organizaciones de ayuda aumentar rápidamente el soporte vital”
Rescates tras el sismo continúan
Otros tres supervivientes, entre ellos un niño de 14 años, fueron sacados de entre los escombros en Antakya, en el sur de Turquía, más de 10 días después del sismo.
Mustafa, de 33 años, y Mehmet, de 26, fueron rescatados “261 horas” después del sismo, indicó en Twitter el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca.
Poco antes, un niño de 14 años que llevaba 260 horas bajo los escombros fue sacado de las ruinas de su edificio en el centro de la ciudad de Antakya “tras intensos esfuerzos”, informó el ministro.
Koca dijo que el adolescente, de nombre Osman, había sido sometido a “una operación” en un hospital provincial, sin especificar su gravedad, aunque en una foto aparece consciente.