Un sismo de magnitud 5.8 sacudió a Chile a las 21:07 horas locales, una hora antes del toque de queda nacional por la pandemia de coronavirus, a 14 km de Santiago, a 122 km de profundidad, sin relación con el terremoto en la Antártida.
La Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) indicó que en este caso no se reportaron daños a personas ni alteración a servicios básicos o infraestructura y precisó que “los organismos técnicos se encuentran evaluando la situación regional”.
Este sismo se sintió en balnearios de la costa pacífica central y norte de Chile, con movimiento turístico interno en pleno verano austral, causando pánico en las calles, con centenares de personas huyendo a pie o en vehículos hacia zonas altas por temor a un maremoto.
Falsa alarma de tsunami
Y es que, el sábado sismo de 7,1 grados de magnitud se registró en la Antártida, afectando el sur de Chile, sin embargo, el movimiento ocasionó que el Sistema de Alerta de Emergencia (SAE) haya activado una alerta de una amenaza de tsunami en las costas chilenas.
La Onemi explicó minutos después de que ese mensaje fue erróneo y que la alarma era sólo para la costa de la Antártida.
La situación se calmó tras la aclaración de Onemi pero el fallo hizo recordar los problemas de comunicación, que fueron investigados judicialmente, ocurridos tras el potente terremoto de 8.8 y posterior maremoto del 27 de febrero de 2010 en el sur chileno, que dejó más de 500 muertos y más de 220 mil viviendas destruidas.
Chile, uno de los países más sísmicos del mundo, sufrió hace 60 años el terremoto más potente jamás registrado, de 9.6 de magnitud, en la ciudad de Valdivia, en el sur del país.