El ejército de Rusia habría utilizado bombas de racimo en Járkov, al este de Ucrania, lo que podría constituir un crimen de guerra, afirmó el viernes Human Rights Watch (HRW).
La organización estadounidense de defensa de los derechos humanos detalló que las fuerzas rusas usaron bombas de racimo en al menos tres zonas residenciales en Járkov, la segunda ciudad de Ucrania, el pasado 28 de febrero.
Según HRW, varias fotografías publicadas en redes sociales muestran restos un misil balístico Tochka 9M79 con una ojiva de bombas de racimo 9N123. Después de hablar por teléfono con dos personas que trabajan en un hospital comprobaron que dos personas murieron con dicha arma.
HRW afirma haber identificado el lanzamiento de este tipo de submuniciones con un lanzacohetes 9M55K Smerch, de fabricación rusa.
“Járkov sufre ataques continuos de las fuerzas rusas, por lo que los civiles se tienen que esconder en sótanos para evitar las explosiones y esquirlas”, explicó el director de armamento de HRW, Steve Goose.
“Usar bombas de racimo en zonas habitadas demuestra un desprecio absoluto por la vida de las persona. Su utilización, como se documentó en Járkov, podría constituir un crimen de guerra”.
Human Rights Watch
¿Qué son las bombas de racimo?
Las bombas de racimo no hacen distinción entre objetivos militares y civiles. Contienen varias decenas de pequeñas bombas que se dispersan en un amplio perímetro y algunas de ellas no explotan en el momento del lanzamiento, lo que puede dañar a personas como un tipo de minas.
Según Naciones Unidas, son un tipo de arma que consiste en un contenedor o dispensador desde el cual se dispersan muchas submuniciones en áreas amplias.
Las bombas de racimo tienen un margen de error muy elevado. La ONU detalla que algunas de las submuniciones “no son fiables y no explotan”, lo cual crea daños en personas civiles durante y después de que termine un conflicto militar.
La Convención de Oslo de 2008 -que Rusia no firmó-, prohíbe la utilización de bombas de racimo. Su uso masivo en zonas habitadas por algunos ejércitos provocó en los países implicados “daños humanitarios desproporcionados”, según un informe del Senado de Francia.