En un edificio simbólico de la ciudad rusa de Volgogrado, decenas de niños y adolescentes con edades desde los 8 y hasta los 18 años, esperan de pie antes de jurar lealtad a la “madre patria” en Rusia para formar parte del “ejército de jóvenes”, movimiento patriótico creado en 2016.
La ceremonia en la que participan estos niños y adolescentes con edades desde los 8 y hasta los 18 años, tiene lugar en el Museo de la Batalla de Stalingrado, el nombre por el que se conocía a la ciudad cuando el Ejército Rojo se enfrentó durante 200 días a los soldados de la Alemania nazi.
La victoria de las tropas soviéticas se convirtió en un elemento central del patriotismo ruso. En una de las salas emblemáticas del museo, decorada con mármol blanco y emblemas que glorifican al Ejército Rojo, un grupo de niños y adolescentes vestidos con pantalones beige y gorros rojos esperan de pie.
En unos días, el 2 de febrero, se celebrarán los 80 años de esta victoria. “¿Juran ser siempre fiel a la madre patria? “¡Lo juro!”, responden los niños y jóvenes en coro.
A unos metros, los padres observan a sus hijos prestar juramento ante responsables políticos, veteranos de guerra y algunos de los dirigentes locales de Yunarmiya, el nombre de este “ejército joven” creado en 2016 por el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu.
Niños y jóvenes para “defender a su patria”
Entre los padres está Daria Chertkova, de 31 años. Su hijo Stanislav, de 12 años, decidió unirse “en toda conciencia” y “lo apoyamos”, asegura esta mujer. En su familia, explica, el patriotismo y el apego al pasado son valores importantes.
Según ella, su hijo decidió alistarse a Yunarmiya tras la ofensiva lanzada por Moscú en Ucrania a finales de febrero. “Sabe de la operación militar especial. Lo que pasa en el mundo le influyó en parte para tomar esta decisión”, explica.
La madre espera que su otro hijo, de 6 años, se una al movimiento. “Creo que para un niño es clave amar a su país, defender a su patria y ser un patriota”.
En Rusia, el patriotismo y la glorificación del pasado han formado parte del programa educativo desde hace mucho, pero en los últimos años, han tomado una nueva dimensión.
Bajo el mandato del presidente Vladimir Putin, estas dos palabras están omnipresentes en el discurso público, en las escuelas, las mentes y las organizaciones juveniles.
La ofensiva rusa en Ucrania les dio un nuevo impulso después de que el mandatario justificara la operación especial por el hecho de que los rusos se enfrentan, al igual que sus abuelos, a nazis que desean destruir a Rusia.
Según la página web del “ejército de jóvenes”, más de 1.2 millones adolescentes de entre 8 y 18 años se alistaron a sus filas desde 2016.
Ejército de niños y jóvenes “más patriótico”
La profesora Yuliya Chernishova, que acompañó a sus alumnos, cree que este tipo de movimientos juveniles son “muy importantes en nuestra época”. Cuenta que llevó a sus alumnos a visitar a un grupo de soldados rusos heridos en Ucrania y estos les presentaron una obra de teatro.
“También escribimos cartas de Año Nuevo” que fueron enviadas a los soldados en el frente, explica la mujer, de 42 años. El “ejército de jóvenes” ha sido descrito como la versión rusa de los movimientos soviéticos de los Pioneros y el Komsomol.
Lilia, que trabajaba en el teatro de marionetas de Volgogrado, cuenta que “hizo de todo” cuando formó parte de estas organizaciones juveniles comunistas.
“Fui pionera, Komsomol y una pequeña octubrista”, explica esta abuela, vestida con un abrigo de piel y lentes morados. Reflexiona sobre la diferencia con el actual “ejército de jóvenes”. “Pienso que es aún más patriótico”, dice.