En Río de Janeiro: cancelan el mítico carnaval y rinden tributo a víctimas de COVID con luces, y sambas representativas de la región.
Sin carnaval en Río
El sambódromo se pintó de colores, pero no hubo ritmo, samba y batucada luego que ¡El carnaval de Río de Janeiro fue cancelado!
Un conjunto de luces de colores iluminó la avenida Marqués de Sapucai, conocida como Passarela do Samba (la pasarela de la Samba), en Río de Janeiro, Brasil.
Esta avenida es la más importante en estas fechas pues marca el inicio de uno de los carnavales más importantes y coloridos del mundo.
Un 12 de febrero es la fecha que marca el inicio de las festividades, pero este año se realizó una apertura simbólica, con un homenaje a las más de 236 mil víctimas de la pandemia en el país
Se entonaron a capela varios clásicos del carnaval, mientras dos mujeres vestidas de blanco purificaban el ambiente y de fondo se escuchaba la canción “La samba, agoniza pero no muere”.
Sin samba, ni batucada
Un bombo solitario y pausado retumba en medio de un grupo de sambistas reunido en silencio a las puertas del Museo do Samba de Río de Janeiro: es un lamento impregnado de ‘saudade’ por las víctimas del covid-19 y por el carnaval, cancelado por la pandemia.
En tiempos normales, las famosas escuelas de samba estarían ultimando los preparativos para sus desfiles y las calles estarían tomadas por cortejos musicales, purpurina y clima de fiesta. Pero este año el espíritu del ‘Rey Momo’ deberá aguardar para reinar.
“Para los brasileños sambistas, para el pueblo afrodescendiente, es un momento muy difícil. No será un momento de fiesta, sino de llorar las muertes y reivindicar nuestros derechos”,
Nilcemar Nogueira, fundadora del museo, ubicado a los pies de la tradicional favela Mangueira.
¿Ya habían cancelado festival antes?
Es la tercera vez en la historia que las autoridades suspenden el carnaval en Brasil: en 1892 fue aplazado por un decreto gubernamental y en 1912 por un duelo oficial. Pero los decretos no impidieron las celebraciones en las fechas tradicionales y hubo entonces en esos años dos carnavales.
En 2021, en plena segunda ola de la pandemia, con un promedio de más de mil muertes por día y con la vacunación aún incipiente, Brasil se vio obligado a cancelar la fiesta más popular del país, que el año pasado atrajo a casi 2 millones de turistas y movió 4.000 millones de reales (unos 750 millones de dólares) solo en Río de Janeiro.
Las escuelas de samba, que preparan durante meses sus suntuosos desfiles, cancelaron prácticamente todas sus operaciones, dejando sin trabajo a centenas de costureras, diseñadores, músicos, utileros y mecánicos, entre otros oficios que dan vida al espectáculo.
El sambódromo vacío será iluminado todas las noches con los colores de las diferentes escuelas de samba del país.