En agosto de 1942, 108 niños judíos del campo de concentración de Vénissieux, en Lyon, Francia, destinados a la muerte, se salvaron gracias a una formidable cadena de solidaridad y a la dolorosa renuncia de sus padres: la historiadora Valérie Portheret, quien investiga este lugar desde hace 30 años, recuerda la dolorosa presencia de este casi desconocido lugar durante la Segunda Guerra Mundial.
“Este rescate de 108 niños judíos extranjeros en Vénissieux” se realizó durante una operación relámpago, y “no hubo ningún otro de tal amplitud en Francia durante la Segunda Guerra Mundial”. El 26 de agosto 1942, para responder a exigencias nazis, se ordenó una redada contra los judíos extranjeros en Lyon. Oriundas de Alemania, Austria, Polonia, Checoslovaquia o URSS, mil 016 personas fueron enviadas a Vénissieux.
- Reconstituir la lista de los niños judíos, que no existía, “se convirtió en una misión para” Valérie Portheret.
- Y gracias a su tenacidad, Valérie Portheret encontró los nombres de 90 de los 108 niños judíos.
La noche del 28 al 29 de agosto de 1942, los servicios sociales, que formaban parte de la comisión encargada de determinar si un interno podía beneficiarse de alguna exoneración, convencen en secreto a los padres para que firmen un acta de abandono a favor de la asociación Amistad Cristiana. Se firmaron 108 certificados. Valérie Portheret encontró en 2006 varios de esos documentos en una vieja caja de archivos.
Niños judíos de Vénissieux, Francia
En el campo de Vénissieux, en Francia, las escenas son desgarradoras:
“Pedir a padres que abandonen a sus hijos es terrible, incluso para salvarlos. Había que confiar realmente”.
Los niños judíos son salvados el 29 de agosto. Los esconden y son acogidos por familias. Ese mismo día, los gendarmes conducen a la estación a 545 adultos dirección Drancy, cerca de París, y de ahí a Auschwitz, donde la mayoría morirá en cámaras de gas. Pero la odisea de los niños judíos no termina ahí. La policía comienza a perseguirlos y deberán cambiar a menudo de domicilio.
No tendrán a los niños es el título que Valérie Portheret escogió para su libro que relata este episodio y fue galardonado con el Premio Seligmann 2020 contra el racismo: “Se hizo todo para no dejar ningún rastro del campo” de Vénissieux, explica la historiadora, pero trabajadores indochinos, que estaban de paso por el lugar, tomaron fotos y “encontré algunas imágenes”.
“Es una locura que sean ellos los que guarden estas huellas excepcionales. Es el único registro fotográfico de las redadas del verano de 1942 (en Vénissieux, Francia). Los rescatadores no se veían como héroes. Para ellos, era evidente que no había que entregar niños judíos de Vénissieux a los nazis de Francia”.